Una investigación del Ministerio de Ciencia marca que el sector estatal costea una parte de las innovaciones patentables, pero los beneficios económicos directos de los desarrollos científicos quedan en el exterior.
El informe detalla que el 23% de las solicitudes de patentes con participación de investigadores responsables de proyectos financiados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación tienen titulares extranjeros y fueron tramitadas principalmente en oficinas de otros países. Dicho en términos más crudos, el Estado argentino costea, al menos, una parte de las innovaciones patentables, pero los beneficios económicos directos de los desarrollos científicos y tecnológicos quedan en el exterior.
"Este fue un trabajo que fue publicado en una revista científica y después va teniendo eco. Empezamos a trabajar para ver qué pasa con la 'apropiación del conocimiento' y qué utilización se le da al conocimiento por parte de la sociedad. Eso implica que pueda ser usado por la sociedad civil, por el sector público, las empresas, para general valor. Últimamente se da, a nivel global, a través de la producción de servicios basados en conocimiento", explicó Fabián Andrés Britto de la Universidad Nacional de Quilmes, Centro Interdisciplinario de Estudios en Ciencia, Tecnología e Innovación.
En diálogo con Los Mundos Posibles destacó que es muy importante saber qué se hace con ese conocimiento, "dentro de ese marco existen ciertos mecanismos de propiedad intelectual para proteger los desarrollas que se realizan , y allí surge este estudio que es único a nivel de países subdesarrollados, por lo que se pregunta es quién se queda con la titularidad de los desarrollos que se hacen".
Las patentes son títulos de propiedad que, en caso de ser otorgadas, generan exclusividad de uso y comercialización de la invención o desarrollo patentado, por parte de sus titulares. Están reguladas a nivel internacional por distintos organismos y tratados multilaterales, pero son de aplicación nacional, es decir que deben ser aprobadas en cada país.
"En algunos aspectos es contra intuitivo, porque se tiende a pensar que nuestros países son receptores de tecnología, mayormente es así, pero quiere decir que nuestro sistema tecnológico está sesgando conocimiento de punta y que existen algunas falencias en el sistema productivo para poder apropiarse de ese conocimiento", consideró.
Se denomina “apropiación cognitiva” a la relación social por la cual la titularidad de conocimientos cuyo desarrollo fue financiado parcial o totalmente por instituciones públicas nacionales recae en otros actores, particularmente en privados extranjeros.
El trabajo completo está publicado en la revista Desarrollo Económico y en el capítulo 7 del libro “Políticas de promoción del conocimiento y derechos de propiedad intelectual: experiencias, propuestas y debates para la Argentina”, de descarga libre y gratuita, que será presentado el jueves 30 de junio en la Universidad Nacional de La Plata.
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