El emblemático grupo estrenó recientemente Cantata Fulgor y Muerte de Joaquín Murieta, una producción en la que había empezado a trabajar en la década del 80 en el exilio.
Fulgor y Muerte de Joaquín Murieta está basada en la obra del poeta chileno Pablo Neruda. Quilapayún asumió el desafío de componer esta cantata y la estrenó recientemente, retomando el trabajo que habían iniciado sus integrantes en la década del 80. Narra la historia de Murieta, un migrante que habría llegado a Estados Unidos durante la fiebre del oro transformándose en un reconocido asaltante y representante de la resistencia contra la explotación minera.
"Esta obra nació en el exilio, en Francia. Empezamos a montarla con mucho entusiasmo, pero nos dimos cuenta que tenía poco sentido seguir con eso porque nos parecía que no era lo que teníamos que hacer allá. Los primeros años del exilio fueron de mucho desconcierto, no sabíamos a quién dirigirnos. Nuestro público en Francia eran los franceses y una obra como esta no era exactamente lo que había que hacer. La dejamos pensando que algún día íbamos a retomarla y la retomamos ahora. Neruda era inteligente y muy astuto que se rebelaba contra la injusticia", expresó Eduardo Carrasco, director artístico y musical y uno de los fundadores del grupo.
"Tomar este personaje que es el colmo de esta posibilidad de tomar a la violencia como una forma de justicia, para demostrar que ese camino conducía al desastre y la tragedia. Eso nos interesó ahora, porque en Chile hay mucha violencia y estamos viviendo una época que no se parece a esa anterior donde surgió esta obra, pero sí hay muchas personas que están tomando el camino de la violencia. Hay una situación que parece inmanejable", dijo en diálogo con Memoria adentro.
"Fue terrible la situación en la pandemia, intentamos encontrarnos a través de Zoom y de los teléfonos, en parte esta cantata tuvo que ver con eso. Tal vez si hubiésemos tenido una acción intensa en los teatros y las giras no se nos hubiese ocurrido esto. Fue un desafío montarla (...) Nosotros estamos viejos y necesitamos estos desafíos para seguir adelante", contó Carrasco.
La cantata se presentó con mucho éxito en comunas populares y seguirá interpretándose en distintos lugares de Chile. "Esta obra volvió a nosotros mostrando que tenía una vigencia, hemos empezado a cantarla en público y es recibida con mucho entusiasmo a pesar de que no es una obra que termina en el ´Venceremos´o con los puños alzados", agregó sobre esta composición que tiene casi una hora de duración.
Con este proyecto, y a más de 50 años de su fundación, Quilapayún muestra su vigencia y la continuidad de su compromiso con las luchas del pueblo chileno. "No estamos derrotados, no tenemos los caminos cerrados (...) Hay que buscar lo común", señaló.
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