Una charla reflexiva en torno al concepto de antología, su origen etimológico y el rol de quien la compone. Cantidad o calidad, qué pesa más a la hora de seleccionar y qué pasa con lo que dejan fuera.
"En el concepto de antología está la idea de que tiene ser una selección, la palabra deviene del griego «anthos» que significa flores y «legein» que significa elegir", explica el literato Matías Esteban.
Entusiasta de este tipo de compilaciones desde temprana edad, Esteban tiene una fascinación con las posibilidades que se abren mediante la confección de una antología: "Con una antología uno puedo hacer una historia literaria, se puede leer un momento literario de un sector, una país, una zona, una generación. Por eso está relacionada con los manuales. Es una forma de estudiar".
Para el columnista de Los mundos posibles la antología es también una forma de creación artística, sostiene que la persona encargada de antologar está creando algo inexistente, y cita el caso de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, responsables del Libro del Cielo y del Infierno, una antología de relatos donde los autores ficcionalizaron no sólo la obra de diversos cuentistas sino también sus propias vidas.
A la hora de brindar una definición de antologista, se inclina por referenciarlo como una especie de superlector, alguien que tiene conocimiento de todo lo que está sucediendo y que por ello se hace merecedor de la confianza del público, así como también se convierte en blanco de las críticas por lo que elige y lo que deja fuera.
"Un antologador da noticias de la vida de un autor, pone una lista de sus obras, escribe un prólogo, hace un trabajo previo", concluye.
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