La banda platense festejó esta década con un recital en Pura Vida donde presentaron canciones de su reciente EP "Musgo" y aquellas que componen “La fragilidad de los inviernos”.
Hace una década la orquesta presentaba su primer EP “Malayunta”, donde proponían un sonido tanguero atravesado por el rock. “Diez años después creo que hemos transitado bastante bien ese camino, entre el discurso arrabalero y el género rock”, dijo su cantante, Hernán Menard y aclaró que “somos una banda de rock que nos gusta el tango, al que abordamos desde nuestra perspectiva y desconfiando de cierta tradición tanguera”.
“Creo que lo interesante es abordar la historia del tango y entender sus recursos musicales y letrísticos desde otras perspectivas, porque uno no tiene que dejar de ser lo que es, para acercarse al tango, porque de ese modo, terminás buscando ser y tocar como Pichuco, por ejemplo y Pichuco, fue un fenómeno en un momento particular de la historia”, dijo en Cacodelphia.
Hoy Malayunta es Hernán Menard (voz y guitarra); Marcelo Veiga (batería); Martín Murphy (percusión y coros); Diego Peralta (guitarra y coros); Alejandro “Racu” Pérez (bajo); Daiana Antonini (acordeón y órgano); Maxi Mazzeo (trompeta); Fernando Ortega (violín).
“El asunto, y esto es algo que vengo pensando desde hace un tiempo, es que el arte popular no piensa en una arte futuro, piensa en un revival nostálgico de nuestro pasado, y de eso no zafa nadie. En el libro Retromania de Simon Reynolds, se aborda como la cultura se auto consume y de ese modo ha dejado de tener unas perspectivas de futuro. Y fíjense que la perspectiva de futuro no es solo importante para el arte, porque sin expectativa de futuro no hay mañana ni revoluciones posibles”, expresó.
La banda presentó este sábado en Pura Vida las canciones de su reciente EP "Musgo" y aquellas que componen “La fragilidad de los inviernos” (2019). Ambos discos fueron grabados en Estudio Votôk de la ciudad de Berisso y producidos por Gonzalo Vouttoff y Malayunta Orquestita.
“La fragilidad de los inviernos lo arrancamos a grabar en febrero del 2019 y a mitad de ese año cuando ya teníamos todo grabado, un virus entro a la computadora y lo borró todo. Volvimos entonces a grabarlo y en diciembre de ese año terminamos. Y cuando lo íbamos a presentar en marzo del 2020, cuando teníamos los carteles hechos y las entradas a la venta, se dispuso el aislamiento social, preventivo y obligatorio”, contó el artista.
“La pandemia al comienzo generó en la banda cierta resignación que al tiempo dio paso a la depresión y entonces para no enloquecer, empezamos a grabar Musgo, un EP de tres temas, que editamos este año y cuando lo íbamos a presentar otra vez nos cerraron todo”, detalló el músico y docente.
Sobre la atmósfera sonora y la estética que atraviesa a Malayunta, el músico contó “con los tres primeros discos llegaba a la sala de ensayo con las canciones bastante cocinadas. Eran épocas donde tenía una estética muy particular y el universo sonoro de la banda en la cabeza y quería que la banda comprendiera a toda costa, y como me costaba explicarla, porque no estudié música, me ponía muy autoritario”. La fragilidad de los inviernos trae un cambio de sonido, de composiciones y de climas. Como próximos proyectos, la banda anticipa acercarse al universo de las producciones audiovisuales.