Hijas e hijos del exilio es una organización que hace 15 años plantea el exilio al que fueron sometidas miles de personas durante el terrorismo de Estado como una vulneración a los Derechos Humanos.
"Nuestro nombre tiene que ver con dar voz a la generación de hijos de exiliados que nos tocó vivir a partir el terrorismo de Estado una situación diferente a la de nuestros padres. El exilio sigue siendo una figura que no está incorporada específicamente a las políticas reparatorias", contó Isabel Burgos Fonseca, integrante de Hijas e hijos del exilio.
La vivencia del exilio tiene sus particularidades: "hay una situación de desarraigo y de incorporación, diferentes maneras de pensar no una patria, sino las patrias: todos aquellos lugares donde transitamos, también la concepción de familia no solo desde lo biológico, sino desde el compromiso y lo social".
La organización fue fundada hace 15 años, 3 meses antes de la desaparición de Jorge Julio López. En este sentido, Isabel destacó la importancia de los testimonios como instancia preparatoria y de reconocimiento hacia quienes sufrieron el terrorismo de Estado. "El testimonio de Julio es una instancia de reparación y, paradójicamente, fue lo que ocasionó su segunda desaparición", señaló.
Próximamente saldrá a la luz un libro que recopilará testimonios y experiencias biográficas que llevará el nombre de Cartografías de una memoria colectiva. "Buscamos echar luz sobre situaciones similares por las que pasamos. Tiene que ver con escuchar una voz totalmente silenciada", resaltó.
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