La directora general de la Comisión Provincial por la Memoria, se refirió a la segunda desaparición de Jorge Julio López, en el marco de los 15 años del hecho.
“El testimonio de López permitió la primera condena por genocidio, por eso hay que volver a nombrarlo”, aseguró Sandra Raggio. “Aquella condena a Etchecolatz fue muy contundente porque dio cuenta de la intencionalidad de la violencia desplegada desde el Estado”, expresó la directora general de la Comisión Provincial por la Memoria.
“La desaparición de López es un hecho del presente”, explicó y agregó que “hoy podemos suponer qué pasó, pero lo cierto es que la Justicia no ha avanzado un paso sobre dónde está, qué sucedió, quiénes son los responsables y eso es también revelador en este presente”.
En este sentido remarcó: “Que sepamos más de su primera desaparición y nada de su segunda es realmente intranquilizador y nos hace pensar que la dictadura logró ganar la impunidad a través de los dispositivos que desplegó dentro de la Justicia”. Y agregó que “más allá de que no estaba tipificado en el código penal, la condena por genocidio y la desaparición de López, dan cuenta del poder del aparato militar para parar los juicios”.
“Por eso su testimonio, junto con el de Nilda Eloy y Adriana Calvo y otros tantos compañeros que hoy no pueden dar testimonio, sirven para continuar con los procesos judiciales (...) Consideramos que hay que poner en valor esos testimonios que son parte de la política de conservación en relación con las políticas de la memoria”.
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