La editorial Mil Botellas publicó una traducción de parte de la obra de la escritora nacida en Nueva York en 1862.
En el marco de su colección de cuentos Brindis, el sello platense Mil Botellas publicó a la escritora estadounidense, traducida por Mariangel Mauri. La traductora literaria, correctora y editora conversó sobre las dificultades que encontró al momento de traducir los cuentos y sobre lo que implica traducir una obra literaria de un idioma a otro.
“Los traductores consideramos que somos autores de una traducción y esa traducción está muy ligada a la propia lengua de la traductora, a su cultura, su formación y obedece a toda una tradición de traducciones que vienen detrás, por eso creo que la mejor versión posible de una traducción, es la que más se acerca a la lengua que traduce ese libro”, aseguró Mauri en Cacodelphia. “En este caso, por ejemplo, en estos cuentos de Wharton, busqué hacer una traducción que fuera cercana a los lectores argentinos, en un sentido amplio y quizá más acotado a un sector rioplatense donde más circulan los libros de la editorial", agregó.
Edith Wharton nació en Nueva York en 1862 con todas las comodidades de una familia adinerada lo que le permitió dedicarse al periodismo, a la literatura, al paisajismo y a viajar. Su admiración por Europa la llevó a asentarse en Francia en 1907, país donde se rodeó de amistades del ambiente artístico. Dos años antes había publicado La casa de la alegría, novela por la que cobró trascendencia; le siguió una vasta obra entre novelas, cuentos, poemas, libros de viajes y un original retrato sobre las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Por La edad de la inocencia (1920) se convirtió en la primera mujer en ganar el Premio Pulitzer, en donde retrata la hipocresía de las clases altas neoyorquinas, un tema que recorrió parte de su obra literaria. Murió en 1937 en Paris, mientras escribía la novela Las bucaneras, que dejó inconclusa.
Al momento de encontrarse con esta obra, Mauri tuvo que enfrentarse al desafío de traducir cuentos que fueron escritos a comienzos del siglo XX.
Mauri, quien además tradujo una novela y un volumen de cuentos de la escritora Katherine Mansfield también editado por la editorial platense, es la primera vez que traduce a Edith Wharton. Y acercarse a quien es considerada una de las más importantes narradoras de la literatura norteamericana, fue para Mauri un gran desafío. “Me encontré con una escritura sumamente compleja, con muchas yuxtaposiciones, muchos incisos, muy detallista”, dijo. “Fue entonces un desafío traducir estos cuentos atravesados por personajes que provienen de determinada clase social y que se manejan con ciertos códigos de conducta”.
“Me encontré con una escritura sumamente compleja, con muchas yuxtaposiciones, muchos incisos, muy detallista”
“Encontrarme con estos cuentos me permitió acceder a una mirada muy actual sobre temas, como la infidelidad, el divorcio, la adopción o el desgaste del vínculo matrimonial, cuestiones que hoy creemos saldadas, y que en ese momento eran bastante complejos, y que Wharton traduce con mucha ironía”, dijo quien forma parte de Vuelo de quimeras, un proyecto de edición de poesía y narrativa que dirige Eugenia Straccali.
“Wharton tenía cierta posición económica y una posición social que le permitió poner sobre la mesa, algunos temas complejos, que abordó desde una mirada muy crítica (...) Fue una mujer muy de su época que vivió con muchas contradicciones esas cuestiones y en su escritura fue mucho más progresista que en su vida. Y por suerte nos queda su escritura”, dijo finalmente Mauri, quien participa de un proyecto de traducción colectiva de poetas mujeres del Siglo XIX y XX, una antología con perspectiva feminista y colectiva que saldrá editado el año que viene.
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