Reúne 5 cuentos y una galería de personajes presentados a través de sus emociones, deseos, dudas, preocupaciones y búsquedas, diferentes y a su vez parecidas entre sí.
“Son cuentos escritos hace unos cuantos años y trabajados con Ramón Tarruella –editor responsable de Mil Botellas- en su taller literario, donde los corregimos varias veces, dimos muchas vueltas, cambiamos los títulos, de hecho, este libro se iba a llamar de otro modo, hasta que los cuentos fueron gustando y acá estamos”, expresó Facundo "Kuky" Basualdo en Cacodelphia. El trabajo colectivo en el espacio coordinado por Tarruella fue fundamental para sus escritos: “si bien la primera batalla la di solo frente a la computadora, después vino todo el trabajo en el taller, donde lo compartimos y lo leímos en voz alta. De ese modo creo que se perfeccionaron los cuentos; este libro sin el taller no hubiera existido”.
Facundo nació en Tandil en 1986. Se mudó a La Plata a estudiar Arquitectura y dejó la ciudad como comunicador social. Fue trabajador del Estado para vivir y periodista por las dudas. Con un amigo abrió el año pasado en Ciudad de Buenos Aires la librería Ocio Casa de Libros. Integró la antología El último día del verano (Club Hem) y fue dos veces finalistas del Concurso Osvaldo Soriano.
Las ratas solo aparecen de noche fue editado por Mil Botellas. Integra la colección Brindis, que tiene como premisa lanzar siempre libros en duplas: un título consagrado y otro que sea el primero de un/a autor/a.
Muchos de los personajes de Las ratas solo aparecen de noche son presentados desde sus estados de ánimo y así los cinco cuentos están atravesados por el dramatismo, la cotidianeidad, el humor, la militancia, la soledad y el suspenso. Los relatos recorren distintos lugares del ámbito urbano. Durante varios años, Facundo trabajó en un hospital público platense, donde "hay muchos actores y es un mundo muy particular", y ese escenario aparece en el relato que abre el libro.
Una de las características de los cuentos son los desenlaces fuertes, trágicos (como el primer de los cuentos donde se naturaliza la muerte, como parte de la rutina), brutales en algunos casos (como por ejemplo el final de ¿Para qué sirven las flores?) y dramáticos como puede ser el cuento que le nombre al libro. En ese sentido, Basualdo explicó que no tiene un método y no trabaja de manera muy ordenada entonces los finales “fueron apareciendo por algún disparador casual”. En septiembre, el libro, que ya se consigue en librerías, tendrá su presentación virtual.
"Fueron cuentos bastante intuitivos (...) Hay algo que me gusta de la ficción y es que podés inventar cualquier secuencia, escenarios posibles, la historia de lo que pudo haber sido. Desde ahí trabajo, soy bastante melodramático", expresó el comunicador y uno de los impulsores de Ocio casa de libros.
"A los personajes los busco hasta que los huelas, si los puedo oler, los puedo escuchar, si el tono de lo que dicen va con los personajes, me gusta mucho escucharlos, después está el resultado, si se logra buenísimo y si no hay que seguir trabajando” , agregó. Sobre su proceso de escritura también contó que busca "usar los recursos del periodismo para escribir ficción" y que también es fundamental la lectura, tanto de escritores clásicos como contemporáneos .
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