Pasaron cuatro años del hecho y todavía no hay fecha para el inicio del debate oral y público. Ana Laura González sobrevivió al ataque y está a la espera de un proceso que se mantiene en suspenso.
En la madrugada del 8 de julio de 2017, Ariel Osvaldo entró por la fuerza a la casa de Emma Córdoba, ubicada en el partido bonaerense de Ensenada, donde la atacó y abusó así como también a su amiga Ana Laura González. El hombre prendió fuego el lugar y escapó, para después ser atrapado por la Policía. González sobrevivió y ahora está a la espera de un juicio en el Tribunal Oral Criminal N°5 de La Plata que lleva años postergándose.
Jerónimo Guerrero Iraola, representante legal de González, se enlazó por vía telefónica con el aire de Los Mundos Posibles donde compartió su opinión sobre los tiempos de la justicia, destacó la relevancia que tiene iniciar el debate oral y público no sólo para su representada sino también para el conjunto social, y aportó una mirada reflexiva en torno a la violencia contra las mujeres.
Para empezar, Guerrero Iraola se refirió a las delaciones judiciales que aplazaron el proceso de manera previa a la existencia de la pandemia del Covid-19, la que también motivó posteriores suspensiones: “Se cumplieron cuatro años de estos años y sólo llevamos poco más de un año de pandemia, con lo cual hay un saldo de tiempo en que la justicia podría haber actuado, lo podría haber hecho con celeridad y no lo hizo. Estas suspensiones con motivo de la pandemia es acrecentar un déficit estructural del Poder Judicial en relación a la posibilidad efectiva de dar respuesta a estos casos”.
“Este tipo de juicios tienen que funcionar como garantía de no repetición, la violencia contra las mujeres es un flagelo que atraviesa la sociedad y el Poder Judicial debería dar señales de que este tipo de hechos no pueden ser tolerados ni concebidos, y que van a tener una reacción rápida”, agregó el abogado.
A la hora de explicar por qué es tan importante que este juicio se llevé a cabo lo antes posible, el abogado señaló que “los juicios tienen una naturaleza reparatoria en dos sentidos, el primero tiene que ver con la reparación individual de Ana, que en este caso es la particular damnificada y tomó la decisión de llevar adelante la acusación en conjunto con la fiscal, pero también una dimensión reparatoria en términos sociales”.
Al cierre de esta entrevista, Guerrero Iraola habló de la imposibilidad para el acompañamiento de Ana por parte de las organizaciones sociales que supondría realizar el juicio de manera virtual, destacó la celeridad con la que obró la fiscal Virginia Bravo al momento de la instrucción, lo que habilita la posibilidad concreta de fijar una fecha para el debate oral y público, y volvió a criticar las delaciones del proceso, lo cual supone la revictimización de su representada: “Cuando las expectativas son buenas en la etapa de instrucción, uno empieza a proyectar la inminencia del debate, desde ese momento hasta hoy entramos en un limbo donde la regla ha sido la indefinición”.
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