Al cumplirse un año del fallecimiento de Rosario Bléfari, el guitarrista Gustavo Monsalvo repasa cómo fue compartir banda con la artista que admiraba.
Gustavo Monsalvo, guitarrista de Sué Mon Mont, se enlazó por vía telefónica con el aire de Los Mundos Posibles donde hizo un repaso de su vinculo con la cantante Rosario Bléfari, habló de cómo recibió la propuesta para participar de la banda y se explayó sobre cómo fue grabar y tocar en vivo con ella.
En principio, Monsalvo recordó cómo fue el momento en que Bléfari lo invita a participar de Sué Mon Mont: “Ella me convocó en el café La Orquídea, de Buenos Aires, para proponerme formar parte del proyecto. Ella venía tocando como solista, editando un montón de discos, y lo que quería era volver a tener la dinámica de estar en una banda, y por eso buscó músicos que le gustaban o con los que tenía cierta afinidad. Me decía que íbamos a tocar poco, que era un proyecto que se proponía como una obra de teatro: nos juntábamos para preparar una obra, la presentábamos una vez y luego la dejábamos descansando hasta que se nos ocurra preparar otra”.
“En ningún momento presenté ningún tipo de objeción al proyecto porque fue un sueño, fue increíble, lo viví con una alegría inmensa, volví a mí casa con una sonrisa increíble, aparte ella dijo que le gustaría charlar conmigo, nos juntamos a tomar un café y yo no sabía lo que me iba a proponer, pensé que tenía que ver más con su proyecto solista, y salió con esa idea que fue superadora respecto de lo que yo había pensado que me podía proponer”, agregó el músico.
El entrevistado recordó cómo fue pasar de la propuesta a participar del proyecto a la grabación de su disco debut auto titulado, publicado en 2015: “Nos mostró un montón de bocetos musicales que tenía, algunos estaban grabados precariamente y otros un poco mejor, todas eran canciones que no estaban terminadas, eran un montonazo, un par quedaron afuera, había algunas que eran demasiado experimentales y era imposible tocarlas. Ella nos propuso que elijamos las que más nos gusten y cada uno fue inclinándose la que más le gustaban. De esa instancia a tocar las canciones como banda fue todo bastante rápido, pasamos de ser una banda inexistente, en cuestión de un par de ensayos, a tener un repertorio de diez canciones, con eso en la mano hicimos una maqueta, que a mi me encantó, yo le decía que eso tenía que ser el disco, pero quiso volver a grabarlo”.
Sobre la experiencia de cómo fue llevar esas canciones de la sala al vivo, el guitarrista dijo que “tocar con Sué Mon Mont estaba genial, me sentía sumamente bien, había cierta dinámica que le dábamos a las canciones a la hora de tocar en vivo, era un tempo más acelerado al que yo estaba acostumbrado, más cercano al punk y yo nunca estuve acostumbrado a tocar géneros rápidos, el vivo pasaba muy rápido, sobre todo cuando estábamos afilados, bien ensayados, era muy reconfortante, y verla a Ro siempre entregando todo era admirable en algún punto”.
A modo de cierre, Monsalvo compartió una mirada reflexiva sobre Bléfari: “Siempre me da la sensación de que al ser una persona tan completa, yo sólo conocí una parte minúscula de ella, me sigue pareciendo un misterio a mi aunque tuve la fortuna de acercarme un poco. Tiene tantas cosas para llegar a ella, hay tanta producción, tantas facetas artísticas, y en todas se movía con una originalidad envidiable. En ella es todo descubrir y adentrarse cada vez más en algo maravilloso”.
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