Desplazado de su cargo por una coalición de fuerzas que reúne a ocho partidos diferentes, Benjamin Netanyahu deberá responder ante la justicia por las denuncias de corrupción. Cómo queda conformado el nuevo escenario político.
Kevin Ary Levin, sociólogo, docente y periodista del portal Nueva Sion, se enlazó por vía telefónica con el aire de Los Mundos Posibles donde se explayó sobre la actualidad política de Israel, haciendo especial hincapié en la figura de Benjamin Netanyahu, ex primer ministro y líder del partido de derecha Likud, y la coalición de fuerzas que se organizó para desplazarlo de su cargo.
Para empezar, Levin explicó cómo es la organización de poderes en Israel: “Cuando los israelíes van a votar no están votando la figura del primer ministro (el primer ministro es el que gobierna, también tienen presidente, pero es una figura más que nada ceremonial), el primer ministro sale del parlamento, lo que los israelíes votan cuando van a las urnas son los partidos que van a ser parte del parlamento y después los partidos tienen que negociar para la formación de un Gobierno, como hay 120 parlamentarios, para que se forme un nuevo Gobierno se tiene que representar la voluntad de la mayoría simple, o sea, 61 diputados”.
“Otra particularidad del sistema político israelí que explica bastante cómo llegamos acá es que si bien un Gobierno tiene un mandato de 4 años, como el Gobierno refleja la voluntad de la mayoría del parlamento, si hay alguna pelea entre los partidos políticos que están en el oficialismo y un partido se va de la coalición entonces puede proponer un voto de no confianza y el parlamento decide si el Gobierno va a continuar o no”, agregó el sociólogo.
Tras doce años ocupando el puesto de primer ministro, Netanyahu fue reemplazado por una coalición de varias fuerzas políticas que tendrá a Naftali Bennet primero y a Yair Lapid después alternándose por espacio de dos años en el cargo. Bennet está al frente del partido derechista Yamina mientras que Lapid preside el centrista Yesh Atid: “En medio de la sesión Netanyahu dijo 'a partir de ahora voy a trabajar todos los días para hacer caer este Gobierno' , algo que en Argentina sería una expresión ilegal o seguramente muy criticada, en Israel es totalmente legitima, la oposición puede participar activamente en generar la caída del Gobierno”.
Según palabras del entrevistado, el legado del primer ministro saliente es no haber intentado resolver el conflicto con Palestina, pero si haberlo administrarlo de manera tal que redujo el número de victimas y garantizó la superioridad armada de Israel: “Netanyahu es considerado el líder de la derecha en Israel, aunque en el contexto israelí derecha e izquierda no significan lo mismo que en el resto del mundo, está definida más que nada por la cuestión del territorio y los palestinos, la izquierda tiende a pensar que los territorios ocupados tienen que ser cedidos para crear un Estado palestino y la derecha tiende a pensar que no, él siempre fue muy escéptico hacia todo tipo de iniciativa hacia los palestinos, además es de derecha con respecto a la economía y en los últimos años se convirtió en una figura muy dependiente de su alianza con partidos ultra-ortodoxos que buscan la continuidad Estado-religión en Israel”.
A modo de cierre, Levin brindó una caracterización de la colación partidaria que sacó a Netanyahu del poder: “Está compuesta por ocho partidos políticos que tienen poco en común más que su oposición a Netanyahu, dentro de esa coalición hay un partido social demócrata con un líder abiertamente gay, un partido árabe religioso musulmán que piensa que la homosexualidad es una abominación, el partido laborista, liderado por una mujer asociada al feminismo, y también hay partidos de derecha, una derecha que fue expulsada por Netanyahu y que venía planteando que era momento de generar un cambio político para que Netanyahu se haga cargo de los juicios por corrupción que le esperan y que si seguía en el poder podría garantizar su impunidad”.
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