El reconocido pianista de jazz reflexiona sobre la vuelta a los escenarios, cuenta cómo vive los momentos previos a un recital y explica por qué decide prescindir de las baterías en su formación.
En la previa a los conciertos que brindó en el Thelonius Club, el pianista Adrián Iaies se enlazó vía telefónica con el aire de #ElVeranoPrometido donde expresó cómo se sentía luego de once meses sin actividad en vivo: “Es bastante movilizante y bastante especial volver a tocar, hemos hecho algunas cosas por streaming, que no es lo mismo ni remotamente parecido, pero volver a un escenario, volver a tocar con público en la sala, después de un año tan difícil, para todo el mundo y para los músicos en particular, después de un año a donde dobla el viento y las cosas no volverán a ser como antes”.
Iaies dice que la dedicación en materia de ensayo y estudio se duplica en las semanas que anteceden a un show y que la sensación siempre se asemeja a la de la primera vez: “La sensación de sentirte un novato está buena, no es que sienta nervios ni miedo, pero sigo sintiendo la misma ansiedad antes de tocar. Tocar es lo que más me gusta hacer en la vida, la música me salvó la vida, cada vez que tengo la posibilidad de hacer música, de compartir el escenario con músicos y de tocar para la gente es un compromiso importante, nunca es rutina”.
A la hora de justificar la decisión de tocar con un formato trio, pero sin baterías, el músico explica: “La formación típica de un pianista de jazz es el trío con contrabajo y batería, es el trío emblemático, la formación típica. Yo le saqué la batería y eso me da la posibilidad de jugar con cierta flexibilidad respecto al tempo, cuando tocás con batería, podés ser el dueño del grupo, el que consigue los trabajos, el que consigue la plata, pero cuando marcás cuatro el que manda en el sentido musical es el baterista, es un poco el que está regulando la dinámica del grupo”.
“La flexibilidad que te permite tocar sin batería es algo que aprendí tocando en un contexto más tanguero, los músicos de tango, el tango se toca sin batería, tienen esa cosa de que la melodía va pasando de mano en mano y de alguna manera el tempo y la cadencia se acomoda a quien está tocando la melodía, todo el tiempo hay como una negociación buenísima”, concluyó el pianista al cierre de esta entrevista.
Escuchá/descargá la entrevista completa: