Estuvo al frente de la Dirección Nacional de Apoyo al Liberado en Uruguay y ahora sigue dedicándose a la puesta en marcha de políticas post-penitenciarias desde la Fundación Alejandro Novo. Propone una mirada crítica para reflexionar sobre cómo funciona la cárcel.
Jaime Saavedra, ex presidente de la Dirección Nacional de Apoyo al Liberado (DINALI), actualmente en la Fundación Alejandro Novo,se enlazó vía telefónica desde Montevideo con el aire de #FuturaEnCasa donde señaló las problemáticas comunes de todos los sistemas carcelarios de la región, contingencias que ocupan buena parte de su trabajo intelectual en el blog La tecnología del amor: “Hacinamiento, trabajo, educación, uso de celulares, cómo se recibe a la gente en las unidades penitenciarias, cuáles son las condiciones en que una familia realiza la visita, políticas post-penitenciarias, falta de políticas públicas penitenciarias, escribo con el doble sentido de hacerlo conocer porque para el común de la sociedad y para el sistema político en general son desconocidas, y por otro lado tratar de generar sensibilidad en los sectores penitenciarios”.
A la hora de marcar un camino hacia la reforma del sistema penitenciario, Saavedra expresó que “los que queremos de verdad una reforma a nivel de cárceles y de políticas post-penitenciarias vinculadas a lo humano, a lo fraterno, a dar segundas oportunidades, no podemos olvidar la política penal pública, eso tiene una repercusión enorme en nuestra tarea cotidiana, en todos los países de la región estamos mandando preso a jóvenes a lo loco, tenemos que disminuir radicalmente el número de presos, usar la cárcel para todo nos ha conducido al territorio del odio y la violencia, y del territorio del odio y la violencia nunca se parió una buena causa, hay que salir y dar el debate”.
“Tenemos que buscar soluciones alternativas, el sistema carcelario se lleva entre 200 y 300 millones de pesos por año, es una fortuna, el vecino o la vecina cree que las cárceles no sirven porque se les dedica poca plata y eso es mentira, se le destina una cantidad infernal de guita, el problema de los sistemas penitenciarios no es la falta de guita sino la falta de ideas, y hasta que no resolvamos eso va a ser difícil tener perspectiva de una reforma carcelaria en un sentido humanista”, reflexionó el entrevistado en tono preocupado.
A modo de cierre, Saavedra remarcó que “tenemos que mandar menos gente en cana y apostar más a las medidas alternativas, este debate hay que darlo con intensidad y hay que aprovechar ciertas cosas que están sucediendo en el mundo porque muchos países están repensando esto, tratando de encontrar una alternativa más razonable”.
Escuchá/descargá la entrevista completa: