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Con nombre de flor, contar una vida travesti de 95 años

La película, dirigida por Carina Sama, cuenta la historia de Malva, chef, escritora y vestuarista travesti que vivió casi un centenario, desafiando el promedio de vida de 35 años de edad para las trans y travestis en nuestro país.

Foto: Producción Con nombre de flor

Con nombre de flor cuenta la historia de Malva, chef, escritora y vestuarista que, con 95 años, era una travesti que superaba en tres la vida trans. La película está disponible durante el mes de septiembre en Cine AR Play (gratis) y en VIMEO on demand Maravilla cine (pago).

Sobre la llegada a la historia de Malva, la directora del documental, Carina Sama, explicó que: "la edad promedio (de vida) sigue siendo 35 años para una travesti…encontrar una de noventa y pico de años era encontrar al Minotauro, como un ser mitológico y si ese ser mitológico podía llegar a contarnos su propia historia nos iba a contar una historia que no fue nunca escrita porque en general…la homosexualidad estuvo criminalizada hasta el 2011. O sea el travestismo estuvo criminalizado hasta el 2011 donde se las podían llevar presas, y aun hoy ocurre".

A partir de esta situación, Carina localizó a Malva para contar su historia en primera persona: "quería ver si podíamos llegar a empatizar y aparte saber en qué estado estaba esta persona de noventa y pico de años y me encontré con una viejita, pero o sea, esa palabra no le venía nada bien porque mágicamente había que correr detrás de ella porque ella caminaba y uno tenía que andar correteándola de atrás, y una vitalidad enorme. Por eso no le venía para nada bien la palabra viejita".

La producción de la película fue, en sí misma, un proceso de investigación y de recuperación de material documental. "Fueron sucediendo encuentros en los cuales me fui encontrando no solo al ´Minotauro´ sino a la cajita de Pandora, porque ella iba sacando cosas que eran maravillosas como sus fotos, desde los años ‘40 en adelante. Investigando con el Archivo de la Memoria Trans, no había nada fotográfico de esa época, de los 40 a los 70 no había nada, porque suponemos que eso fue quemado por las familias, o bueno…en realidad la vida de una trans es como presa de muchas sorpresas: caes presa y en la pensión donde vivías se quedan con tus cosas y vas perdiendo, es un continuo recomenzar, eso era lo que pensaba y si esas fotos habían llegado hasta el día de hoy era como un hallazgo", repasó en diálogo con Futura en casa.

Foto: Producción Con nombre de flor

"Malva dio vuelta esta entrevista y me puso un espejo a mí. Yo que iba a preguntar desde un lugar, desde un aprendizaje hetero-patriarcal, encontrarme con una persona que estuvo toda su vida fuera de la norma fue ponerme a la vista de que esto no va a cambiar hasta que no armemos nuevas subjetividades. La subjetividad que hemos aprehendido todes hasta el momento es hetero-patriarcal, y desde ese aprendizaje, si seguimos dentro de esas normas que te provee ese aprendizaje no
vamos a encontrar otras cosas nuevas",
expresó.

Con nombre de flor fue ganadora en la categoría Work in Progress en el Festival Asterisco 2018, reconocido por ser una instancia internacional de difusión del cine LGBTIQ.

Malva falleció una semana antes de comenzar con la película, pero durante un año y medio había dado testimonio de su vida para realizar este documental. Para seguir pensando sobre esta biografía, Marlene Wayar se sumó al equipo de producción. "Marlene Wayar tiene una palabra maravillosa, es tremenda pero maravillosa en sí que se llama identicidio, y creo que eso fue una práctica  constante social durante mucho tiempo y ese identicidio tuvo su fruto (…) A una persona, a cualquier persona por poco tiempo que tenga en esta vida está ese machacar, es tremendo, imaginate para una persona de noventa y pico de años, Malva lo que contaba es que ella llegó a dudar de su existencia, y en ese sentido era nada más a la vista que ese identicidio", explicó la directora.

Malva estaba llena de pequeñas historias que son cinematográficas. Por ejemplo, cruza la cordillera desde su Chile natal a los 16 años, siendo la mayor de tres más que cruzan caminando: "hizo la gran San Martín al revés, nos vino a conquistar y eso que decía San Martín de ´serás lo que debas ser o sino no serás nada´ lo vino a cumplir acá".

Trilogía no binaria

Con nombre de flor, junto con Madame Baterflai y La Paloma (en desarrollo) conforman una trilogía de documentales no binaries de la directora..

"Madame Baterflai la hice como pude con los recursos que yo tenía, y apelando a la riqueza de una multiplicidad de visiones de vida, que era sobre 4 chicas travestis y una chica transexual en Mendoza de distintas edades de distintos estratos sociales, muy diferentes cada una de ellas, mostrando esa diversidad dentro de la diversidad que de la cual hablamos. Al pasarme Malva es donde me afianzo pararme sobre lo no binario y empezar a rever esta forma heteropatriarcal que teníamos de volver a subjetivarnos de la misma manera", repasó Carina.

Además, Sama resaltó la importancia de que las trans y travestis puedan nombrarse en primera persona: "Algo que me parece que es absolutamente necesario es que se cuenten a sí mismas, o sea siempre fueron invisibilizades entonces me parece que esta autobiografía es absolutamente necesaria para cada una de ellas, entonces me cambió esa forma de replantearme el cine que une puede ir haciendo".

"A las travestis se les ha negado la palabra amor y verlas en la calle de la mano de la persona que aman es muy difícil, por esta cuestión de los roles y es difícil para todes en ese sentido (…) Para hablar de femineidades y masculinidades y trabajar sobre estos temas, es necesario también mirar esta cosa de la reproducción desde todos los medios, porque somos reproductores de ese patriarcado aunque nos paremos sobre el feminismo, tenemos que mirarnos sobre todo nosotres", agregó.

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