Así lo expresó Evelina Díaz, que se reivindica como mujer, trabajadora y persona en situación de discapacidad.
Evelina Díaz es trabajadora social. Forma parte de la Dirección de Inclusión, Discapacidad y Derechos Humanos de la Universidad Nacional de La Plata, y de la Dirección de Inclusión Educativa en la Facultad de Trabajo Social. Desde ambos espacios busca generar políticas de inclusión y accesibilidad. "Durante la pandemia seguimos acompañando, generamos redes con las distintas facultades (...) En cuanto a la universidad, contamos con intérprete de señas, la biblioteca con producción de textos accesibles, un asesor sordo, así como un espacio de asesoramiento y acompañamiento".
A lo largo de la charla, Evelina invitó a cuestionarnos: "¿qué pasa con la discapcidad?,¿cómo la nombro? Miro o no miro, hay un cuerpo que me dice algo. No habla, camina raro. Algo me interpela, me incomoda y a la vez me da miedo nombrarlo. Es un tabú y es, justamente, en la posibilidad de díalogo e intercambio en donde vamos aprendiendo".
Su paso por la universidad, las lecturas feministas, las problemáticas de los movimientos de la negritud, gays y lesbianas, así como el acompañamiento de su familia y amistades desde su niñez, han sido la base para forjar su identidad política. En ese sentido, argumentó que "empaparme de otras luchas me dio la posibilidad de darme cuenta que lo que me sucedía no era porque soy Evelina, sino porque tengo un cuerpo el cual no entra dentro de lo normativizado en esta sociedad capitalista, patriarcal y capacitista".
"Cuando pensamos en que una sociedad no está preparada para personas en situación de discapacidad es revisar qué prácticas implementamos: si hacemos un video, a quiénes estamos llegando y a quienes no. Por ejemplo, si el video tiene muchas imágenes estamos dejando afuera a las personas ciegas", remarcó. Y resaltó que la importancia de que "las corporalidades no sean un límite para el derecho a la educación".
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