Así lo expresó el historiador, docente y periodista Sergio Pujol, quien hizo de las biografías de artistas nacionales una puerta de entrada a la historia del país.
El recorrido de Sergio Pujol por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación estuvo atravesado por la dictadura: ingresó a la carrera de Historia en 1977 y la finalizó en 1983. “Hubo alguna influencia en mi orientación hacia a la música en paralelo (...) me interesaba la escucha, la reflexión y la escritura”, contó en el aire de Futura en Casa. A los 18 años, mientras cursó su carrera principal y una secundaria orientada en música, Sergio ingresó a la programación de Radio Universidad con un programa semanal musical, mientras que paralelo comenzó a escribir en El Día una columna de crítica cultural. "Todos los fines de semana iba a escuchar algo en La Plata. De todo tipo, desde la orquesta de Omar Valente, para hablar de tango, hasta Virus. Y después al día siguiente me levantaba muy temprano, escribía la crónica, crítica o reseña del recital y pocos días después veía como salía en el diario”, expresó. “En los recitales vivíamos una especie de libertad virtual, o momentánea. Cuando entrabamos a una cancha de fútbol o a un estadio y en ese momento... el que no salta es un militar”, recordó.
Si bien es investigador del Conicet desde 1991, Pujol contó que le gusta que le diga profesor, tarea que desempeña en la cátedra de Historia del Siglo XX en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, desde que se graduó y de la que hoy es titular. Esta mezcla de historia, música y narrativas direccionó su obra hacia el campo de las biografías, donde se especializó. “Creo que es un género que tiene un gran potencial y cuando yo empecé a estudiar historia era visto con cierto desdén por los historiadores”, sin embargo, “hoy hay muchas biografías y las hay de pensadores, de científicos, de grandes artistas, de escritores. Los biógrafos que a mi me interesan leer son tipos que tienen una formación académica, que tienen una historia, que vienen de la crítica literaria o de la musicología. Más allá de la biografía como género, entre literario y científico, me interesa mucho la relación entre política y música".
En 2005, publicó su libro Rock y Dictadura: "ahí yo me di cuenta que encontré un campo o una temática que no había sido muy abordada ni por los historiadores y menos por ahí por los periodistas de rock o la gente vinculada al rock”. Sin embargo el rock no fue el gran protagonista de sus prolíficas publicaciones sino una capítulo más, “para mí fue muy importante en el sentido de pensar la música más allá de esas categorías o esas divisiones que están”, explicó y agregó que “esa amplitud tiene que ver con que hay una pregunta básica en todas mis investigaciones, que tiene que ver justamente con la música, los contextos históricos, los discursos políticos y sociales. Ese es el punto de vista que priorizo en mis investigaciones".
"No soy musicólogo, (...) como investigador mi pregunta siempre tiene que ver con lo social, me interesa ese recorrido. Me interesa entender la época a partir de la música y no tanto la música a partir de la época”, sintetizó.
Esta amplitud de los géneros y visión de la música como fenómeno social, le permitió variar sus temas a lo largo de su carrera, “suelen tener su semilla, su punto de partida, en la investigación anterior”. En este sentido el historiador señaló que “quizás haya gente más sistemática o más perseverante con un tema. Hay gente que está toda una vida investigando un tema (...) Yo me aburro si estoy mucho tiempo con un mismo tema, llega un momento en que me aburro un poco, necesito cambiar. Después vuelvo, porque una vez que hice el libro el tema ya está en mi y me acompañará siempre”.
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