Un desglose conceptual del movimiento artístico-político que surgió como respuesta del iluminismo, declarándole la guerra al equilibrio y la mesura de las emociones.
Matías Esteban, docente, escritor y agitador literario, se enlazó vía telefónica con el aire de #FuturaEnCasa donde se explayó largo y tendido sobre los elementos centrales que constituyen la corriente del romanticismo, un movimiento estético, cultural y político de alcance mundial cuyo nacimiento se suele ubicar en “Alemania, allá por fines del siglo XVIII, con Goethe y sus amigos animando una escena en contra de lo que era la racionalidad, la ilustración, conceptualizaciones que tenían que ver con lo enciclopédico y los conocimientos racionales, y esta gente genera un arte que privilegiaba la subjetividad, las emociones, el sentimiento”.
Pero el romanticismo no se limita a lo estrictamente artístico sino que también tiene su dimensión política, el germen de lo romántico está presente en cada revolución que sacudió la quietud del mundo: “Todas las revoluciones son románticas, las impulsa algo totalmente anti-racional, algo que busca el cuestionamiento de las leyes establecidas por el mundo de la burguesía, de los sectores conservadores, aristocráticos, feudales y religiosos”.
Uno de los grandes debates que atravesó esta charla paso por la distinción entre el romanticismo como movimiento y lo que comúnmente es entendido como una actitud de romance, cuestión que Esteban dejó saldada al señalar que “el saber común reduce el concepto del romanticismo por antonomasia, cuando se piensa al movimiento histórico, social y cultural del romanticismo también tendría que incluir las luchas por los Estado/Nación, como puede ser la gauchesca o la pintura de Goya o la música de Beethoven y cuando se habla del romántico que trae una caja de bombones se queda en una cosa muy chiquita”.
Como contracara, expresó que si existe una relación entre las dos acepciones “porque el romanticismo se vincula con el momento donde los sentimientos se exponen, donde en el arte se le empieza a dar importancia a lo que sienten los seres humanos, donde se incluyen no solamente una idea de amor que es idealizado sino que es un amor más humano”.
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