El proyecto Indelebles. Las marcas de la dictadura en la ciudad, realizado desde la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNLP, tiene como objetivo registrar e intervenir lugares y objetos que funcionen como testimonios de la última dictadura cívico-militar para elaborar un mapa de “sitios de la memoria”.
Fernando Gandolfi, arquitecto, profesor de la Facultad y director del proyecto, dijo en Comunidad al Palo! que la finalidad de Indelebles es hacer un relevamiento completo de las marcas del terrorismo estatal en La Plata y en la región. “La idea es identificar todas las marcas que habitualmente encontramos en la ciudad y que vamos ignorando o naturalizando”, explicó, y agregó que aunque las huellas perduran están “constantemente amenazadas”: “La idea de lo indeleble es nada más que una consigna política; somos plenamente conscientes de que el tiempo las va borrando”.
Según explicó Gandolfi, las marcas identificadas con el Proceso no sólo están presentes en los lugares que funcionaron como centros clandestinos de detención. “La ciudad está repleta de recuerdos y testimonios que inclusive exceden el contexto de La Plata; las barreras geográficas y territoriales se van diluyendo”, comentó en relación a sitios y objetos relacionados con personas provenientes de otras ciudades que murieron o desaparecieron en La Plata. El relevamiento no sólo incluye edificios sino también puestos de vigilancia, garitas, producciones artísticas, placas conmemorativas, publicaciones, etc.
Una de las intervenciones más importantes del proyecto fue la restauración de la Casa Mariani-Teruggi, ubicada en 30 entre 55 y 56, que funcionó como centro operativo de la organización armada Montoneros y que fue bombardeada por las fuerzas represivas el 24 de noviembre de 1976. “Es muy fuerte trabajar en ese lugar que vos habías percibido como una noticia en el diario”, comentó el arquitecto.
Indelebles forma parte de un proyecto del Instituto de Historia, Teoría y Praxis de la Arquitectura y la Ciudad (HITEPAC), que pertenece a la Facultad de Arquitectura. Aunque el relevamiento está avanzado, Gandolfi reconoció que aún quedan muchos sitios por intervenir: “Jugamos una especie de carrera contra el tiempo, que tiende a borrar esas marcas”, concluyó.