La Compañía Teatro de Arte Crudo presenta una versión poderosa y visualmente impactante del clásico de Shakespeare, dirigida por Rafael Garzaniti. Los actores Mariano Ramírez, Ignacio Sarachu y Carola Ruiz reflexionan sobre los dilemas de la obra, el largo proceso de creación, la vigencia del texto y la experiencia compartida entre teatro, historia y banquete.

“Sepan que hemos dividido en tres nuestro reino, en atención a nuestra edad avanzada, para conferirlo a hombros más jóvenes. Para repartirlo, hijas mías, decidme: ¿Cuál de ustedes tres me quiere más?”. Con esta pregunta, el rey de Bretaña abre la tragedia de Rey Lear, una historia atravesada por la ambición, la traición y la fragilidad del poder. En esta versión titulada “Rey Lear o la locura de este mundo”, la Compañía Teatro de Arte Crudo propone una puesta que combina la fuerza del texto clásico con una mirada contemporánea y visceral.
“Las historias son hermosas y está bueno contarlas”, dijo Mariano Ramírez, quien integra el elenco junto a Leandro Aun, Gustavo Leiva, Rosario Lejarraga, Marcelo López Viollaz, Julieta Mora, Ana Inés Pérez Duhalde, Carola Ruiz e Ignacio A. Sarachu. La obra, seleccionada para el XIV Festival Shakespeare Buenos Aires, cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro y el CPTI, dos instituciones fundamentales para la promoción del teatro independiente argentino. Completan el equipo Nadia Calvo (asistencia de dirección y vestuario junto a Rosario Lejarraga), Mariano Ramírez (escenografía), Consuelo y Rosario Lejarraga (maquillaje), Ignacio A. Sarachu (diseño y operación técnica de sonido) y Daniel Gismondi (asistencia de producción).
Ignacio Sarachu explicó: “Rey Lear es una antigua historia de Inglaterra donde Shakespeare cuenta la historia de un rey que decide jubilarse y dividir su reino entre sus hijas, Gonerilda, Regania y Cordelia, a cambio de que cada una le diga quién lo ama más. Ese es el inicio del conflicto, porque como dice Maquiavelo: divide y reinarás, aunque en este caso el rey se tira un tiro en los pies”. Para el actor y diseñador sonoro, el texto sigue teniendo una fuerza demoledora: “La mentira, el enredo, las falacias, la ambición de poder están presentes en todas las obras de Shakespeare”.
Ramírez explicó que “lo maravilloso que tiene Shakespeare, es cómo juegan los distintos personajes, cómo se entrelazan la bondad y la maldad, y cómo ese juego refleja al ser humano”. En esa línea, Carola Ruiz destacó la riqueza del trabajo actoral, afirmando que “fue interesante trabajar cada uno de estos personajes y ese juego del teatro dentro del teatro, donde los personajes entran y salen de una dinámica de pantomima, te muestran una cosa para ocultar otra”. Sarachu amplió la idea señalando que “muchos personajes tienen cierta doblez: son una cosa y al mismo tiempo otra. Kent finge no ser él para seguir siendo fiel, Edgar sufre una transformación, las hermanas mienten para conservar poder. Y la locura del rey lo hace cambiar todo el tiempo”.
Ruiz profundizó en la importancia del bufón dentro de la obra, destacando que es un personaje único que no necesita fingir ser otro. Según ella, “el único personaje que no finge ser otro es el bufón, quien representa algo de esa locura, pero también es quien le dice al rey lo que nadie más se atreve a decirle. Es un poco payaso, un poco filósofo, tiene la impunidad de ser su bufón y puede decir lo que quiera”. La actriz resaltó que esta figura funciona como una voz de verdad dentro del caos, un puente entre la cordura y la locura que permite al público acceder a un punto de vista crítico y descarnado. Por su parte, Sarachu amplió la idea al explicar que “el bufón representa a esa parte de la población que no tiene nada que perder, por eso puede decir sus verdades sin temor, está por fuera del sistema”, subrayando cómo este personaje refleja la libertad de expresión y la valentía frente al poder, funcionando como espejo de la sociedad y de las dinámicas de poder que atraviesan la obra.
Ruiz describió el proceso de creación de la obra como largo y profundo, destacando que “fue un proceso de mucha búsqueda, exploración e investigación”. La actriz explicó que “cada actor trabajó individualmente su personaje para encontrar sus matices, y después vino la construcción grupal, que le dio textura y profundidad a cada uno”. Por su parte, Ramírez recordó los orígenes del proyecto y contó que “el director fue guiando este experimento que empezó hace seis años. Atravesamos una pandemia, hubo idas y vueltas, y el texto se fue transformando. Garzaniti nos propuso trabajar desde el circo criollo, inspirándonos en esos artistas que iban de pueblo en pueblo contando las historias de los reyes”.

Ruiz completó la idea al destacar la influencia de los artistas populares en la puesta y señaló que Garzaniti “toma algo de esos artistas populares que viajaban en carretones contando historias. Hay una raíz teatral muy viva en eso”. Por su parte, Sarachu explicó cómo se integra esta tradición en la experiencia del público, comentando que “Siguiendo la idea del Teatro del Globo, hacemos una pausa con un quesito y un vino, porque la profundidad del texto lo amerita. Así la segunda parte se disfruta de otra manera”.
Ruiz destacó el cuidado con el que se trabajó la puesta escénica, señalando que “Rafael trabajó mucho con la máscara, con lo gestual y con lo visual. En ese sentido hizo un trabajo alucinante”. Ramírez agregó que “Cada elemento —vestuario, luces, escenografía— fue pensado desde el inicio, todo forma parte de la misma idea”, mientras que Sarachu completó señalando que “la música además activa al actor, provoca otra gestualidad, otra intensidad, termina de completar el personaje”.
Al reflexionar sobre el valor del teatro más allá de la puesta en escena, Ruiz destacó su dimensión como espacio de encuentro y reflexión. Para ella, el teatro es también un espacio de conexión: “En contextos difíciles, el arte —y el teatro en particular— es un lugar de encuentro. Nos permite salir de la realidad, pero al mismo tiempo hablar de lo que nos pasa”. Y concluyó: “La obra toca una temática universal: la lucha por el poder, la locura, las pasiones, el egoísmo, la vejez, el amor y la lealtad. Por eso sigue siendo tan actual”.
“Rey Lear o la locura de este mundo”, basada en la versión en prosa de Nicanor Parra y adaptada por Rafael Garzaniti, puede verse los domingos 2, 9 y 16 de noviembre a las 19 horas en Espacio 44 (calle 44 Nº 496 entre 4 y 5, La Plata).

