Inicio Categorías Cultura “Jeppener”: los milagros, la fe y el éxodo en la primera obra de Mauricio Serrano

“Jeppener”: los milagros, la fe y el éxodo en la primera obra de Mauricio Serrano

La propuesta teatral que retrata la realidad de un pueblo bonaerense se presenta en el Viejo Almacén El Obrero.

La historia transcurre en la oficina del Club Social y Deportivo Estrella de Jeppener, donde un grupo de personajes discute, escucha vinilos, come sanguchitos de miga y prepara, casi con desesperación, la creación de un milagro que los saque del olvido. En ese pequeño pueblo bonaerense, el éxodo de la juventud y la falta de trabajo amenazan con extinguir las actividades del club, y la comisión directiva se aferra a lo extraordinario como último recurso.

Con dramaturgia y dirección de Mauricio Serrano, y las actuaciones de Cecilia Coleff, Juan Felipe Hernandorena, Claudio Andicoechea, Max Alemán y Mario Parmiggiani, “Jeppener” se presenta los sábados 11 y 25 de octubre a las 21 hs en El Viejo Almacén El Obrero (71 esquina 13, La Plata). Las entradas están disponibles a través de Alternativa Teatral.

“Estrenamos la obra en abril, hicimos tres meses de temporada, nos fue muy bien y ahora estamos reestrenando”, contó Mauricio Serrano, actor de larga trayectoria en el teatro independiente platense que debuta aquí como dramaturgo y director. “El rol de dramaturgia y el de dirección son roles que tomo por primera vez. Soy actor y trabajo dentro del teatro independiente desde hace mucho tiempo, pero con la dramaturgia y dirección es mi primera experiencia”

El proceso de escritura nació de una inquietud personal: “Me empezó a picar el bichito de querer escribir mi propio material. No sabía por dónde empezar, así que tomé algunos cursos cortos hasta que llegué al taller de dramaturgia de Diego de Miguel, con la intención de escribir algo para luego ensayarlo. En ese taller surgió el germen de ‘Jeppener’, que terminé de darle forma después de un verano intensivo de trabajo”.

El origen temático también se gestó de manera casual: “Un domingo, después de los ravioles con la familia, salimos a pasear y nos encontramos con un cartel que anunciaba el pueblo de Jeppener. Decidimos entrar a tomar unos mates. El pueblo me llamó la atención porque no es el típico pueblo bonaerense: no tiene plaza central, la estación de tren está en el centro, hay un club que se llama Estrella de Jeppener y una fábrica que tuvo prosperidad hasta la llegada de Mauricio Macri. Me pregunté qué pasa con la gente de acá, qué hacen de sus vidas, y a partir de esas preguntas empecé a escribir la obra”.

Esa observación se convirtió en el eje del conflicto. “Lo primero que me apareció fue la pregunta: ¿dónde está la juventud? No se ve en el pueblo. Esa realidad es común en los pueblos del interior, donde los jóvenes se van y no vuelven. En la obra, ese es uno de los conflictos centrales”.

El proceso creativo también estuvo marcado por vínculos y rostros del teatro platense. “A medida que avanzaba con la escritura, en mi cabeza iban apareciendo los rostros de los personajes. Algunos coincidieron en que pudieron ensayar la obra, otros no. Escribir conociendo el tono de voz y la forma de actuar de los actores facilita mucho la escritura. Hablo desde la novedad: soy nuevito, como dramaturgo es todo nuevo”, reconoció Serrano.

Uno de esos rostros fue el de Max Alemán. “Coincidimos en el taller de dramaturgia, se sentaba justo delante mío, y así fui construyendo uno de los personajes en base a su imagen. Por suerte aceptó y hace un trabajo increíble”

Sobre la dirección, Serrano destacó el trabajo colectivo: “De entrada sabía cuál era el tono de actuación que pretendía para la obra. Por suerte me encontré con gente muy generosa que hizo todo más fácil: el iluminador Negro Cogo, la escenógrafa Flor Pástine, la vestuarista Ana Romani, el músico Manuel Falcón y el asistente de dirección Juan Pablo Juárez Chino. Todos fueron híper pacientes con un tipo que no tiene experiencia en dirección y que además es súper ansioso. Por eso siempre les agradezco profundamente”

El estreno de “Jeppener” en abril tuvo una gran recepción. “Los primeros tres meses estuvimos a sala llena y las devoluciones fueron muy tiernas, bellas y generosas”, recordó el director. Pero más allá del éxito, Serrano resaltó el sentido profundo de la obra: “Vivimos tiempos cargados de violencia y crueldad expuesta. Me pregunté qué mirada teatral podía ofrecer frente a eso. Intenté contrarrestar esa violencia con una obra que hable de solidaridad, esperanza, fe y la obstinación por existir, por dejar de ser invisibles desde un lugar colectivo”, dijo y agregó. “’Jeppener’” es una obra que se aferra a los milagros”.

Artículo anterior12 de octubre: Peña en Radio Futura