Inicio Cacodelphia Lorena Vega: entre la historia, el teatro y la pantalla, la actriz multifacética que no deja de crear

Lorena Vega: entre la historia, el teatro y la pantalla, la actriz multifacética que no deja de crear

La actriz, directora y dramaturga combina su trabajo en teatro independiente, televisión y cine con una mirada comprometida sobre la historia y la sociedad. Desde el unipersonal “Yo, Encarnación Ezcurra” hasta la serie “Envidiosa” y la nueva temporada de “El barro”, su carrera refleja un compromiso artístico y político con cada proyecto.

Lorena Vega no para. Mientras ensaya, dirige y actúa en siete obras simultáneamente, también se pone frente a la cámara en series y producciones televisivas. Cada trabajo que emprende es un universo distinto, pero todos comparten un hilo conductor: la exploración de personajes complejos, el rescate de historias poco contadas y una mirada profunda sobre la sociedad y la política argentina.

Su unipersonal “Yo, Encarnación Ezcurra” es, sin duda, uno de los proyectos más destacados. La obra escrita por Cristina Escofet, bajo la dirección de Andrés Bazzalo y con música en vivo inspirada en el folklore a cargo de Agustín Flores Muñoz, recupera la figura de la esposa de Juan Manuel de Rosas, artífice clave en la Revolución de los Restauradores y en la política argentina del siglo XIX.

"La obra cuenta las últimas horas de Encarnación, donde repasa mental y corporalmente los momentos más importantes de su vida, sobre todo su relación con Rosas y su participación política", dijo Vega en Cacodelphia. Basada en cartas reales de Ezcurra, la propuesta ofrece un retrato intenso y femenino de la historia argentina: “Una mujer muy intensa, muy comprometida, fundamental para la historia”, agregó.

Vega resaltó cómo la obra pone en evidencia la invisibilización histórica de las mujeres: “La figura de Encarnación siguió en las sombras, como tantas otras mujeres en la política argentina, a excepción de Evita. Hoy, al hacer la obra, la gente quiere leer historia, conocer a Encarnación, volver a Rosas y reflexionar sobre nuestro pasado y presente político”.

Encarnación Ezcurra emergió en medio de una época marcada por la feroz confrontación entre unitarios y federales, y supo convertir su inteligencia y astucia política en herramientas clave para impulsar el ascenso de Juan Manuel de Rosas. La obra propone rescatar su papel protagónico y revisitar su legado desde una mirada que reconoce y reivindica la fuerza de una mujer en la historia.

“A mí me emociona mucho, y es además un trabajo muy desafiante en lo personal. Es una obra estrenada en 2017 que atravesó muchas etapas de nuestro país y de mi vida. En una primera instancia me desafiaba mucho la estructura misma de la obra: hacer un unipersonal. En ese momento no había trabajado tanto el monólogo como hoy, donde incluso lo utilizo en obras en las que no estoy sola. En aquel entonces era la primera vez que lo hacía, y eso lo volvía aún más desafiante”, dijo Vega.

“Desde que hacemos la obra nos pasó que la gente sale con ganas de leer historia, de conocer a Encarnación, de volver a Rosas, con inquietud de pensar y de meterse en la historia argentina. También ocurrió que comenzaron a editarse materiales sobre la vida de Encarnación. Y esto va de la mano del movimiento feminista de los últimos años, que empezó a revisar hacia atrás el rol de la mujer en distintos ámbitos. En el caso de Encarnación descubrimos que fue una mujer muy involucrada en la política de su tiempo, que tuvo mucho que ver con la campaña para que Rosas volviera a ser gobernador”, contó la actriz.

“Hay que tener en cuenta que si hoy todavía seguimos discutiendo el rol y la voz de la mujer, imaginemos lo que habrá sido en aquella época tan difícil. Había que tener una personalidad muy especial, mucha fuerza y coraje para ocupar ese lugar y enfrentarse a una sociedad dominada por los hombres, que tenían el poder en todos los sentidos. Eso habla de la potencia de Encarnación, del tipo de mujer que fue”, agregó.

Pero su actividad artística va mucho más allá. En teatro, además de “Yo, Encarnación Ezcurra”, dirige y protagoniza “Imprenteros”, que reconstruye la historia de su familia y la imprenta de su padre en Lomas del Mirador. Actúa también en “La vida extraordinaria”, “Las cautivas” (junto a Laura Paredes bajo la dirección de Mariano Tenconi Blanco) y dirige “Civilización”, “Testosterona” y “Precoz”. Cada obra es un universo propio: “Cada proyecto tiene su particularidad. Lo que une a todos es la responsabilidad de contar historias significativas y dejar una huella”.

En la pantalla, Vega participó de la serie “Envidiosa”, donde interpreta a una psicóloga, y en “El barro”, dirigida por Sebastián Ortega, cuya segunda temporada ya está grabada aunque todavía sin fecha de estreno. Sobre la convivencia de teatro, cine y televisión, confesó: “Cada espacio tiene su placer y sus desafíos. El teatro me da un territorio conocido, el set me da adrenalina y disciplina; se complementan y me hacen distinta”.

En cada uno de estos proyectos, la actriz sostiene una coherencia artística y ética: rescatar historias, poner la voz a personajes complejos y cuestionar la mirada dominante sobre la historia y la sociedad. Desde la política del siglo XIX hasta los conflictos contemporáneos reflejados en televisión, Lorena Vega transita con intensidad, sensibilidad y compromiso cada escenario y cada plano.

Al ser consultada sobre cómo transita este tiempo de intenso trabajo —entre el teatro independiente, el cine, la televisión y su rol como directora y actriz—, Vega aseguró que lo vive con profundo agradecimiento. “Lo vivo bien, contenta y agradecida. Soy consciente de que soy una privilegiada por contar con esta multiplicidad de trabajos tan hermosos y sólidos en pie, especialmente en un momento tan complejo de nuestro país. Claro que estoy cansada, porque todo tiene sus costos: estar vinculada con tanta gente y tantos espacios es exigente. Pero, aun así, estoy profundamente agradecida”.

Esa conciencia y compromiso también se reflejan en su mirada artística: “Yo tengo mi manera de pensar y de ver las cosas, no podría hacer esta obra sin tomar decisiones ideológicas. Pero tampoco trabajamos para hacer propaganda; buscamos verdad y complejidad en cada personaje”, explicó sobre “Yo, Encarnación Ezcurra”. Esa búsqueda atraviesa toda su obra, dejando claro que su arte no es solo representación, sino también reflexión y resistencia cultural.

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