Declarada de Interés Cultural por la Legislatura porteña, la obra creada por Soledad Bustamante y Érica Gigena se presenta los viernes de septiembre en el Teatro El Cubo. Combina música, danza e historia para visibilizar el rol de las mujeres en la Guerra Civil española y reflexionar sobre luchas vigentes.

Durante septiembre se presenta en el Teatro El Cubo (Zelaya 3053, Ciudad de Buenos Aires) la obra “Aquellas mujeres de fuego”, un espectáculo de música y baile flamenco que reconstruye la experiencia de milicianas, maestras, obreras, intelectuales y artistas que se organizaron en defensa de la República española.
La propuesta, dirigida por Soledad Bustamante y Érica Gigena, nació de una investigación exhaustiva sobre la participación de las mujeres en la Guerra Civil. “Si bien nuestro lenguaje de creación es el flamenco, es una obra que tiene que ver con la música, con la danza, con la historia y la necesidad de contar a través del arte (...) Surgió de las ganas de representar a las mujeres en la historia, cómo batallan a lo largo de toda la historia por conquistar derechos”, explica Érica en Cacodelphia.
La puesta combina baile, dramatización y un vestuario representativo de la década del ’30. “El flamenco desde la mirada que tiene, desde sus fuentes y sus orígenes, es tan diverso y tiene tantas culturas adentro suyo que nos pareció una muy buena herramienta para crear y poder representar esta obra”, detalla Gigena. “No es el formato tablado tradicional que todos conocen, que sería la bailadora con los volantes, los lunares y las peinetas y en un escenario chico como es el tablado, sino que lo estamos llevando a escena para contar una historia. Entonces bailamos flamenco con un vestuario representativo de la época, no del flamenco, sino con los sacos, las faldas, las camisas, las corbatas de los años ’30. La idea fue poder narrar esta historia a través del cuerpo”, agrega.
De ese modo, “Aquellas mujeres de fuego” se adentra en la vida de las milicianas. “Buscamos representar a esas mujeres españolas que se estrenaron en las armas para ir a combatir al frente. Fueron de las pocas que pudieron hacerlo, porque si bien en todas las guerras hay mujeres, en general se las destina a lugares de enfermería u otras tareas de cuidado, no a tomar las armas y combatir. Lo que más nos conmovió fue ver a esas mujeres con sus hijos muriendo en batalla; ese dolor y esa valentía a la vez nos pareció algo muy representativo”, expresa Gigena.
El espectáculo se estructura en cuatro cuadros. El primero, “La mujer moderna”, muestra a las españolas del ’31 festejando los derechos adquiridos durante la II República, como el voto femenino. El segundo, “Un demonio”, cuestiona tanto la noción de “Guerra Civil” como la llamada “teoría de los dos demonios”, instalada por los militares argentinos y sus cómplices civiles para justificar la represión y diluir las responsabilidades del terrorismo de Estado. “Para nosotras aquello fue un golpe de Estado contra un gobierno republicano, no una guerra civil entre dos fuerzas equivalentes”, señala Gigena. El tercer cuadro, “Pasionarias”, rinde homenaje a Dolores Ibárruri y a todas las mujeres que se organizaron para resistir. “En este cuadro, si bien en el escenario somos nueve, da la sensación de que somos miles, porque estamos representando una lucha universal”, agrega. Finalmente, el cuarto acto expone la batalla en sí, atravesada por el flamenco jondo. “El desenlace es la batalla final, pero no quisimos caer en el golpe bajo. Sabemos lo mal que terminó todo esto y lo dramático que fue, entonces queremos dejar un mensaje esperanzador”, aclara.

La obra incorpora también piezas musicales originales y de época: “Realizamos un gran trabajo recolectando muchas de las canciones que esos hombres y mujeres cantaban cuando se entrenaban para ir a la batalla. Entonces utilizamos en algunos momentos, cuando el flamenco no basta para contar la idea, herramientas de otras danzas. Pero desde lo musical es flamenco puro, con letras republicanas y hasta una canción compuesta por nosotras para la obra”.
Un pasado vigente
El proyecto comenzó en 2018 con presentaciones en el 33º Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew y el 34º en La Plata. “Las primeras presentaciones se dieron en ese contexto. Hicimos el último acto y fue bellísimo, con todo el teatro lleno de mujeres cantando y coreando, muy emotivo”, recordó Gigena.
La artista también remarcó la vigencia de este relato histórico: “En España es un tema tabú. Franco estuvo muchos años en el gobierno y luego de su muerte siguió muy presente. Hay toda una sociedad que fue formateada por esas ideas. Sin embargo, todavía hoy uno puede ver en algunos balcones la bandera española y la republicana. Es una historia que está muy presente”.
La II República española (1931-1939) fue un período de profundos cambios sociales y avances en derechos, especialmente para las mujeres, que se vieron interrumpidos por la Guerra Civil y la llegada del régimen franquista. Ese conflicto tuvo un fuerte eco en la Argentina, tanto por la numerosa colectividad española como por la llegada de miles de exiliados.
El espectáculo, que no utiliza diálogo sino cuerpo, música y danza, impacta por la intensidad de su propuesta. “Nos sorprendió muchísimo lo que sucede con la obra, hasta tuvimos que agregar funciones. No fue fácil transmitir la idea con los recursos escénicos y corporales, pero eso creo que es finalmente lo que le llega a la gente”, dijo Gigena. Y concluyó: “A veces la gente se va cantando del teatro y muchos nos escriben contando cómo algún momento de la obra les recordó algo de su familia. Eso tiene que ver con las ganas de comprender un tema que aún hoy en España sigue siendo un tabú”.
Las funciones de “Aquellas mujeres de fuego” se realizan los viernes de septiembre en el Teatro El Cubo (Zelaya 3053, Ciudad de Buenos Aires).