A 33 años de fallecimiento del cantautor y guitarrista, referente del folclore de nuestro país, presentamos un recorrido fotográfico por su casa museo ubicada en Cerro Colorado, Córdoba.

Atahualpa es uno con el paisaje. Lo atraviesa a caballo, conversando con los paisanos, escuchando a los zorzales, siguiendo la luna -su centinela sin par-, golpeando las manos en los ranchos para pedir refugio, a canto con guitarra, en diálogo con las piedras.
















Vivió en muchos lugares, pero abrazó a Cerro Colorado (Córdoba) como su hogar. Entre giras, encarcelamientos y exilios, demoró más de 20 años en construir en este pueblito cordobés su casa. Fue el lugar que eligió para vivir con su segunda esposa, Antoinette Paule Pépin Fitzpatrick, y también para que descanse su cuerpo, a la sombra de un roble junto a las de Santiago Ayala "El Chúcaro".
La que fue su casa en Cerro Colorado es un museo. Sus puertas están abiertas y a veces es punto de encuentro para fogones y guitarreadas. Allí están sus fotos, premios, libros reunidos en la Biblioteca "La Capataza", instrumentos, una máquina de escribir y objetos queridos. Y también el sendero del silencio, un recorrido que nos dispone a la contemplación.
Hoy se cumplen 33 años de su fallecimiento. Pero hablamos de él en tiempo presente porque así son los cantores. Siguen cantando.
No quiero volverme sombras,
quiero ser luz y quedarme.
Fotos: Raúl Laffitte (Radio Futura), desde Cerro Colorado