Las disputas por el control privado del río por parte de proyectos exportadores impactan en la realidad de los territorios y comunidades locales. El dragado pone en riesgo a los humedales, la fauna ictícola y las dinámicas naturales del río.

“Lo que estamos viendo es un proceso extractivista que nos remonta a lo que es el ADN de nuestra región, particularmente en la Cuenca del Plata, nombre que lleva ya in situ los procesos extractivos de la plata del Potosí, de ahí viene el nombre de Cuenca del Plata. Hoy la podríamos llamar Cuenca de los Comodities”, inicia el entrevistado.
Alejandro Meitin, es abogado, fundador de Casa Río Lab, un espacio de investigación que se enfoca en la dimensión ecosistémica de la planificación del uso de las zonas costeras, integrándose en marcos de políticas medioambientales nacionales e internacionales.
En diálogo con El Verano Prometido, recuerda que se trata de “la historia de la lucha por la soberanía de los territorios en nuestro país”, y enfatiza que el fenómeno que se está dando, “se discute y se habla de cuánto dinero sale, cuántas empresas se benefician y cuánto le queda al Estado, no es más ni menos que la consolidación de un proceso de extranjerización del territorio”.
“No solamente podemos hablar del Río Paraná como vía de escape de la producción de granos, sino también de todo ese enorme trasvasamiento energético que se produce por la destrucción de los ecosistemas prístinos”, asegura.
“El nivel de destrucción de la naturaleza y de ocupación del territorio del modelo sojero puede ser equiparable a los procesos extractivos de la época de la colonia. Después podemos hablar de la mal llamada hidrovía, porque se está desnaturalizando el rol del río en sí mismo para transformarlo pura y exclusivamente en autopista de explotación al servicio de grandes corporaciones, desconectándolo de su naturaleza y de su rol esencial como proveedor de agua, sustento y cultura”, concluye.
La Hidrovía Paraná-Paraguay es la principal ruta fluvial del Mercosur, uniendo los puertos del Gran Rosario en Argentina con el océano Atlántico mediante los ríos Paraná y de la Plata. Además, facilita la conexión con Paraguay, Bolivia y Brasil.