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La música como refugio y resistencia

En el Centro Cultural El Zócalo, Oscar Simiani se reunió junto a músicos santafesinos que compartieron su arte y su mirada del mundo a través de la canción. El encuentro celebró el arte y subrayó la importancia del trabajo colectivo.

“En estos tiempos tumultuosos, encontrarnos y compartir nos hace bien”, dijo Oscar Simiani. El músico compartió la noche con Ana Suñé, Miriam Cúbelos, Sergio Sainz y Juancho Perone, “compañeros con quienes desde muchos años venimos compartiendo la música. Estos encuentros no tienen otro sentido que dar cuenta de nuestras miradas sobre la vida”.

En el Centro Cultural El Zócalo se reunieron Ana Suñé, cantautora santafesina; Miriam Cúbelos, cantante, actriz y docente rosarina, una de las fundadoras del encuentro “La música argentina en Rosario”; Sergio Sainz, cantautor que formó parte de la Nueva Trova, con la que Juan Carlos Baglietto y sus aliados desembarcaron en Buenos Aires en 1982; y Oscar Simiani, músico, compositor y autor nacido en Villa Constitución (Santa Fe).

“El encuentro nació a partir de la propuesta de Miriam Cúbelos, una artista y gestora cultural impresionante, que siempre está con proyectos y cosas nuevas, tratando de caminar con la música o con sus obras de teatro. Hace un tiempo armó un dúo con Ana Suñé, con quien se conocen de toda la vida y se han presentado en El Solar de las Artes, un centro cultural de Santa Fe, así como en Buenos Aires y en la ciudad de La Plata”, contó Simiani, quien dio a conocer el dúo que formó con Sergio Sainz.

“Con Sergio nos conocemos desde 1979, cuando formábamos parte de un coro en San Nicolás y éramos parte de ‘Irreal’, la primera banda de Juan Carlos Baglietto que entonces estaba presentando la obra ‘1492. Fundación de Buenos Aires’, donde colaboramos en la parte coral. Después de eso, lo perdí de vista hasta que, hace cinco años, Juancho Perone me informó que Sergio vivía en City Bell. Así, después de más de 30 años, nos reencontramos. Sergio es un gran compositor y letrista que ha trabajado con Baglietto y está muy ligado a la poesía rosarina”, contó Simiani, quien también resalto la vida artística del músico, percusionista, cantor y docente Juancho Perone.

“Todos ellos tienen que ver mucho con esa sonoridad rosarina, una ciudad que fue como un campo sembrado, que dio tantos frutos y ha tenido una explosión musical que no han tenido otras ciudades”, opinó en diálogo con Cacodelphia. “En ese sentido, hay que destacar que la ciudad de Rosario ha sido muy importante para la música popular, allí nació un movimiento que en los años ‘80 trascendió las fronteras de la ciudad, y esa ciudad también fue fundamental para sostener la vida musical de muchos músicos chamameceros”, dijo.

“Rosario ha logrado promover y sostener políticas públicas culturales muy interesantes. No por nada, desde siempre ha tenido su propia editora de discos y libros. En ese sentido, es importante entender a la ciudad y a la provincia de Santa Fe como un norte en políticas culturales, porque han dado muchos resultados, lo cual se refleja en la cantidad de producción cultural que tienen”, remarcó.

Juntarse en tiempos tumultuosos

En un contexto marcado por el egoísmo y el individualismo, Simiani defiende la unión y la apuesta al trabajo colectivo como respuesta a los desafíos actuales. La colaboración se convierte para el músico, en un faro de esperanza y transformación en medio de la adversidad.

“En estos tiempos, los músicos independientes y autogestivos nos tenemos que juntar, porque no son épocas para andar pechando de manera individual; no vamos a subsistir. Entonces, hay que juntarse y hacer esto de manera colectiva, y estos espacios de encuentro se transforman en pequeñas resistencias”, dijo. Y agregó: “Cuando hablo de juntarnos, no es solo por el hecho de juntarnos y nada más, sino porque también los músicos, poetas y escritores tenemos que tomar una posición y decir lo que queremos y desde dónde peleamos. En ese sentido, recordaba que hace un tiempo, leyendo a Tejada Gómez, él decía que querían contar el mundo que les tocaba vivir desde la poesía. El poeta manifestaba que le gustaba hablar del paisaje, pero con el hombre adentro. Y cuando pongo al hombre dentro de mi poesía, decía, lo tengo que contar con todo lo que le sucede: el hambre, la miseria, la falta de trabajo y todo lo que le duele, así como también sus alegrías”.

En este contexto, la gestión cultural que el músico lleva a cabo, además de su actividad musical, es su manera de colaborar en la creación de espacios de trabajo. “Al involucrarse en esta labor”, contó Simiani, “no solo busca difundir distintas expresiones musicales, sino también generar y fortalecer redes de apoyo entre diferentes artistas”.

“Ser músico independiente y autogestivo te sumerge en un mundo musical del cual tenes que hacerte cargo. No solo se trata de escribir, componer y grabar un disco, sino también de buscar las formas de difundirlo y presentarlo. En ese camino, te encontras con un montón de gente y te transformas sin buscarlo en un gestor cultural”, señaló. “A mí me gusta la idea de poder generar un espacio, no solo para presentar mi música, sino también para darle lugar a otros músicos que tengan la posibilidad de presentar su trabajo. Es la manera que encontré de comprometerme, porque entiendo que los músicos también nos tenemos que involucrar. Y nada de todo esto me quita tiempo, al contrario me abre puertas y lo disfruto mucho, porque es una linda forma de caminar”, contó el músico, que desde hace tiempo se encuentra radicado en La Plata y forma parte de la Asociación Civil Cuchá! Músicos Platenses Produciendo.

“La música independiente hoy está vapuleada por todos lados. Sin embargo, debo hacer una salvedad: nosotros, los músicos que estamos en la provincia de Buenos Aires, donde se valora la gestión cultural, estamos un poco mejor. Aun así, la realidad en el país es enormemente dura para los músicos independientes. La situación es difícil en todos lados, por lo que es esencial organizarnos de manera colectiva, ayudarnos mutuamente y esperar que pase la tormenta. Y estos encuentros son fundamentales para comprender la importancia del trabajo colectivo; es una práctica militante”, formuló Simiani y destacó el trabajo y el esfuerzo de los músicos y gestores culturales que, a pesar de las dificultades, continúan en todo el país construyendo espacios para la música y la expresión artística.

“Hay un montón de gente en todo el país haciendo cosas, y es crucial que lo contemos para que no nos gane la pesadumbre. Por ejemplo, Mario Díaz en Córdoba, el Topo Encinar en Tucumán, Coqui Ortiz en el Chaco y ‘El Negro’ Aguirre en Paraná están generando iniciativas valiosas. Debemos darles visibilidad. Son épocas en las que hay que clavar la lanza y resistir desde donde podamos; nosotros hemos decidido que compartir será nuestro lugar para resistir”, resaltó.

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