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“Alorsa nos subió a todos arriba de ese tren llamado tango”

Jorge "Alorsa" Pandelucos fue homenajeado el sábado 14 de septiembre en el Planetario de la Plata a través de un concierto especial titulado “Vuelve el tango”.

Jorge Marcelo "Alorsa" Pandelucos construyó un corpus de canciones que dio a conocer a través de La Guardia Hereje y que son hoy una referencia del tango contemporáneo. En 2002, el músico que fuera conocido en el ambiente musical como “Alorsa”, comenzó a darle forma a un cuarteto de guitarras que a partir del tango, la milonga y el candombe dio cuenta de ese tango impulsado por jóvenes músicos, poetas y cantores que mostraron desde una nueva poética y una nueva sonoridad las problemáticas del tiempo presente. En 2004, editaron “Tangos y otras yerbas” y, cinco años después, “Canción para mandinga”, discos que contaron con un repertorio compuesto íntegramente con letras y música del guitarrista y compositor nacido en noviembre de 1970. Antes habían registrado un material en vivo grabado en “Ciudad Vieja”, bar, cervecería y café-concert ubicada en el barrio Meridiano V. Tras un recambio de integrantes, el grupo quedó finalmente establecido con los guitarristas, Sebastián Marín y Fernando Tato y el percusionista Leonardo Gianibelli.

“Alorsa nos subió a todos arriba de ese tren llamado tango”, expresa Leonardo Gianibelli, responsable del homenaje que se realizó al músico en el Planetario de la Plata y del cual entre otros participaron Lucio Arce, Hernán Casciari, Cucuza Castielo, Dolores Solá, Acho Estol, Silvia Gómez, Juan Hermelo, Federico Iparraguirre y Lucas Oviedo.

“La obra de Alorsa está hoy por todas partes, ese ‘tango con onda’ que Jorge construyó a través de un lenguaje propio y a partir de algunos tangos en formato canción, forma parte de ese movimiento nacido a fines de los años ’90 y es parte de un legado que tenemos que seguir difundiendo”, dice Gianibelli. “La Guardia Hereje terminó siendo un grupo de culto y eso se logró a partir del boca en boca, no necesito de los medios de difusión”, agrega en Cacodelphia.

Como una manera de consolidar un espacio para el “tango con onda” Alorsa fundó en el año 2008 un ciclo que organizó con fechas en La Plata y Buenos Aires al que llamo “El tango criollo club”. Del ciclo, entre otros, participaron, Los Hermanos Butaca, El Yotivenco, La quimera del tango, Ariel Ardit y por primera vez se pudo ver en vivo a La Chicana, el grupo fundado por Dolores Solá y Acho Estol. “Jorge no tenía miedo a ser disruptivo con lo imperante, a cambiar las formas, lo preestablecido. En esos años, por ejemplo, los bares no abrían los domingos y Jorge fue y le propuso a Marcos Scarafoni  (propietario de “Ciudad Vieja”) armar ‘Las misas herejes’, los domingos a la noche. Con esas formas y de ese modo creó en Hemisferio un espacio alternativo que no competía de igual a igual con otros emprendimientos. Hoy todos los pibes venden sus espectáculos de la misma manera, no está lo disruptivo, por eso sobresale también la figura de Jorge como gestor cultural”, repasa el músico.

En dos oportunidades La Guardia Hereje se presentó en el Coliseo Podestá. “En ese momento ya teníamos el aval de cierta masividad”, cuenta Gianibelli y destaca que ese fue el motivo por el cual se abrieron las puertas de teatro más importante de la ciudad. Antes de llegar a ese importante escenario, al grupo le fue quedando chico el “Café de los poetas”, “Caetano” y “Ciudad vieja”, espacios que a comienzos de los años 2000, formaban parte importante de la vida cultural de la ciudad. “Entonces empezamos a buscar escenarios más grandes o hacíamos muchas fechas en lugares más chicos, hasta que llegamos al Coliseo Podestá”, recuerda. “Para entonces el grupo ya pisaba fuerte en Buenos Aires, donde tocábamos regularmente”, agrega. En la gran ciudad, La Guardia Hereje se presentó en el Centro Cultural Torquato Tasso, en el Paseo la Plaza, en el Centro Cultural San Martin y en distintos festivales, donde compartió escenarios con otros grandes exponentes del tango contemporáneo. “La Guardia era parte del fenómeno de ese momento”, señala.

“Yo me di cuenta un poco tarde que era parte de ese tren, cuando ya entonces habían pasado las ‘Toninas Tango Tour’ y Cosquin Rock, a la vuelta de todo eso empecé a sentir las repercusiones y comprendí que estaba arriba de un tren que ya no iba a parar”, expresa Gianibelli. Y recuerda: “A Jorge lo conocí a través de unos de mis alumnos quien me comento de un cantor que andaba buscando incorporar el sonido de los tambores a su propuesta musical, que ni bien escuche, supe que era el proyecto en el que tenía que estar”.

Vuelve el tango

“Se trata de un homenaje que se venía gestando desde el año pasado y finalmente este año lo pudimos concretar”, relata Gianibelli.

Del mismo participaron Hernán Casciari, Julieta Cabrera, Gonzalo Carnevalini, Fede Iparaguirre, Manu Hutchins, Silvia Gómez, Triana Redondel, Facundo Radice, Pablo Jofré, Cinthia Aguirre, Alejandro Rodríguez, Damián Raboso, Juan Torillo, Lucas Oviedo, Miguel Penalba y Leandro Orellano.

“Hablé con todos aquellos que conocieron a Jorge para que estén y de ese modo entre todos podamos brindarle el homenaje que Jorge se merece”, dice Gianibelli sobre el espectáculo que combinará música y proyecciones que evocarán la figura de Pandelucos y su legado musical y que ya tiene entradas agotadas.

“Vamos a presentar algunas obras inéditas para que no que queden olvidadas en un cajón. A nosotros nos tocó el rol de guardianes y debemos mantener en vigencia una obra que para que siga vivo tenemos que difundirla porque es necesario que los pibes se la apropien, sino, vamos a estar haciendo reggaetón de acá hasta que la muerte nos sorprenda”, concluye.

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