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“Ramona Galarza llevó el chamamé al mundo y aún no hemos tomado conciencia de eso”

La cantora, compositora y actriz correntina Gicela Méndez Ribeiro presenta a la artista que fue difusora de este género en todo el país.

Embajadora del chamamé por décadas, Ramona Galarza es considerada una de las figuras más representativas del género. En un nuevo aniversario de su nacimiento, la artista Gicela Méndez Ribeiro asegura que la cantora “enalteció el chamamé, pero algunos son todavía muy ingratos con ella”.

Ramona Galarza se inició profesionalmente en la década del 60, en el marco del llamado “boom folklórico”. En esos años se la bautizó como “La novia del Paraná” y desde entonces, ha sido una de las artistas referenciales de la música del litoral. Grabó más de sesenta discos y participó en nueve películas. Difundió e hizo populares varias canciones incorporadas al cancionero popular como “Merceditas”, “Pescador y guitarrero”, “La vestido celeste”, “Virgencita de Caacupé”, y su versión en guaraní de “Kilómetro 11”, entre otras.

“Ramona Galarza, para nosotros, los correntinos, será siempre la número uno, la que más discos grabó y nuestra gran referente (...) Pero también debo decir que no se ha tomado conciencia de lo que Ramona hizo por el chamamé y por eso tampoco lo valoramos”, dice Méndez Ribeiro a Cacodelphia.

Para la cantora libreña, “Ramona marcó un antes y después con sus discos y con la elección de sus repertorios. Y así como María Elena, tuvo a Fermín Fierro, ella grabó a Edgar Romeo Maciel, Alberico Mansilla –a quien le dedico un disco completo- y a Osvaldo Sosa Cordero, ellos fueron sus grandes referentes. Ella fue muy exquisita en eso, muy detallista, muy precisa en marcar y enaltecer a los compositores del litoral”.

Ramona Modesta Onetto Galarza había nacido en Corrientes el 15 de junio de 1940. Comenzó su vida artística en la Orquesta Folklórica de esa provincia, que dirigía Naum Salis, en la que compartió el rol de solista con Efraím Maidana, popularmente conocido como Ernesto Dana. A fines de la década del ’50, llegó a Buenos Aires, después de abordar un breve papel en la película “Alto Paraná”, de CatranoCatrani, y cuyo director musical fue Herminio Giménez.

Ramona desembarcó en Buenos Aires, a fines de los años ‘50, tiempos donde el chamamé era considerado una música menor asociada con la música de las mucamas. Por eso uno de los capítulos del documental que filmamos con Marcel Czombos, se llama ‘Domesticas’, dando cuenta de la manera despectiva que se consideraba al género”, cuenta Méndez Ribeiro. “Hay que decir que antes de llegar a Buenos Aires Ramona, ya era una perla que brillaba en todos los actos escolares y en la orquesta de la provincia”, suma la cantora, compositora y actriz correntina.

La actividad profesional de Ramona Galarza comenzó en la película “Alto Paraná”, filmada en colores en Paso de la Patria, provincia de Corrientes, dirigida por Catrano Catrani y donde también participaban Ubaldo Martínez, Nelly Duggan, Jorge Hilton y María Aurelia Bisutti. “Su participación en esa película fue casi fortuita”, explica Méndez Ribeiro. “Ya que ella, terminó interpretando la guaranía, con música de Herminio Giménez y letra de ‘Marily’ Morales Segovia, que Argentina Rojas no interpreto porque el padre no la dejó. Luego, con esa varita y con tan solo 19 años, se fue a Buenos Aires, donde por su talento indiscutible, entró directamente al sello Odeón”, agrega.

Para ese sello, la intérprete, grabó más de 60 trabajos discográficos, donde su estilo renovado, su voz y el aporte de nuevos repertorios, la llevo vender sus discos por decenas de miles. “Ramona vendió más discos que todos los grandes referentes del chamamé. Tenía un estilo propio de cantar y sus discos tenían unos arreglos impresionantes, unas orquestaciones increíbles, por eso fue indiscutible su propuesta musical”, repasa y destaca la figura del compositor y director paraguayo, Herminio Giménez. “Fue quien le dio otro vuelo a la música de por acá, quien le marco el camino a Ramona y fue para muchos otros una guía. Tenía un perfil muy fino y exquisito a la hora de armar la música y los repertorios y algo de eso se deja escuchar en las producciones de Ramona”, detalla.

Un grupo de artistas impulsa un proyecto para que el 15 de junio (fecha en que nació Ramona Galarza) sea el “Día Nacional de la Mujer Chamamecera”

En los años ’70, Ramona Galarza supo acercarse a quienes comenzaban a darle forma a la nueva canción correntina. “Tuvo una capacidad de resiliencia muy interesante (...) Se involucró con la nueva canción correntina y  vale aclarar que ella era muy solista, o sea, no compartía escenario con otros. Por eso fue importante que pudiera romper con esos patrones, salir de su zona de confort e incorporar nuevos autores a su repertorio, como Antonio Tarrago Ros, Pocho Roch y la misma Teresa Parodi. De ese modo género que esas composiciones comiencen a volar un poco más y así terminaron formando parte del repertorio de Mercedes Sosa. Y eso tuvo que ver con el trabajo que Ramona realizó durante toda su vida para enaltecer al chamamé”, describe.

Méndez Ribeiro forma parte de un grupo de artistas que impulsa al 15 de junio (fecha en que nació Ramona Galarza) como el “Día Nacional de la Mujer Chamamecera”, un proyecto que también busca homenajear y reconocer a la poetisa ‘Marily’ Morales Segovia, otra gran referente del chamamé. “Hoy tenemos media sanción sobre esta ley, pero nada se está haciendo para que realmente se declare y eso es parte del olvido que pesa sobre las cantoras chamameceras. Así como Ramona, se fue sin su merecido homenaje, lo mismo le paso a Paloma Valdez, quien se quito la vida, y murió en un estado de olvido, que es realmente una ingratitud para una cantora que ha grabado enormes trabajos discográficos con nuestra música sin ser del litoral”, recordó, Méndez Ribeiro.

“Por eso creo que hay que dejar de naturalizar el desconocimiento, hay que actualizarse, conocer nuestra historia y tomar conciencia para que estas cosas no se repitan”, opina y agrega que “en los años ‘60 y ’70, en cualquier grilla de cualquier festival había mujeres por todos lados. Pero algo se rompió en los años ‘80, cuando las mujeres comenzaron a perder terreno. Y desde entonces no aparecen y en el litoral, aun hoy no se respeta la ley de cupo”.

Gicela Méndez Ribeiro es cantautora, actriz, gestora cultural y asesora en la programación de la Fiesta del Chamamé. “Desde hace 18 años trabajo en cultura del Estado y forme parte de la programación de la Fiesta del Chamamé, asesorando en lo que tiene que ver con la parte del Mercosur”, detalla. “Mientras forme parte de esa fiesta, siempre sostuve que Ramona Galarza, tenía que estar, que había que invitarla para que disfrute desde la platea, no hacía falta que este arriba del escenario, porque ya había hecho mucho. Ella, como María Ofelia y Nélida Argentina Zenón, por ejemplo, era necesario que estén ahí, para que nosotros, como jóvenes, aprendamos a respetar y a conocer”, agrega. 

“Ramona fue quien popularizó los sonidos de la región"

Ramona Galarza recibió en 1985 y 1995 el premio Konex a la mejor cantante femenina de folclore de cada una de esas décadas. En 1989 viajo a Australia representando al chamamé, en 1991 viaja a la ciudad de Washington, Baltimore, Los Ángeles, Houston, Orange y Dallas. Además representó a Corrientes en Paris (Francia) en un Festival Internacional de música popular. En 2008 fue reconocida por el Senado de la Nación por su aporte a la cultura.

“Ramona fue quien popularizó los sonidos de la región, quien mas visibilizó el chamamé y quien lo llevo a distintas partes del mundo. Sin embargo, aquel 16 de diciembre de 2020, cuando la UNESCO reconoció al chamamé como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, ninguna de las carrozas que se pasearon por distintas partes de la ciudad para festejar, llevaba el nombre de Ramona Galarza, ni de ninguna de las mujeres del chamamé. Y es que no se ha tomado conciencia todavía que fue Ramona Galarza, la que mas visibilizo el chamamé a nivel nacional e internacional”, cuenta la cantora nacida en Paso de los Libres.

El documental que nunca se estrenó

La cantora y compositora es además autora del documental “El chamamé y sus mujeres”. Un proyecto que nació en 2008 a partir de dos preguntas puntuales: ¿quién fue la primera cantante de chamamé? y ¿por qué los referentes chamameceros siempre fueron hombres?.“A partir de esos interrogantes como disparadores comenzamos a investigar”, cuenta la investigadora, productora y actriz.

“Crecí escuchando que los grandes referentes del chamamé, fueron Tránsito Cocomarola, Ernesto Montiel, Isaco Abitbol, Tarrago Ros y Blas Martínez Riera. Pero, qué había pasado con las mujeres, por qué no se hablaba de ellas en el mundo del chamamé, por qué no sonaban en los medios de difusión sus discos, ni estaban programadas en los grandes festivales artistas como Paloma Valdez, Palomita Base, Jovita Díaz, que grabo un montón de discos y fue nuestra representante chaqueña en Japón y Estados Unidos. Todo eso me hacía mucho ruido y de ese modo buscando correr ese velo, comenzamos a investigar”, describe quien es considerada una voz referente de la cultura correntina.

“Estuvimos tres años prácticamente viajando con Marcel Czombos, un cineasta chaqueño con quien realizamos todo el trabajo de investigación, que me permitió escuchar y conocer a cantoras maravillosas, quienes me contaron qué les paso y porque dejaron de cantar. Una de esas charlas fue con Ramona Galarza, quien junto con Teresa Parodi, fueron la frutilla del documental”, dice.

“Esa charla con Ramona, a quien llegamos a través de Antonio Tarrago Ros, fue hermosa, ella estaba con muchas ganas de hablar y se abrió de una manera como en ninguna otra entrevista. Hablo de sus comienzos, de su llegada a Buenos Aires, explicó que Corrientes es la ‘novia del Paraná’ y no ella, converso de sus discos y su repertorio”, dice.

La historia del chamamé es también la historia de las mujeres, suele sostener Méndez Ribeiro, quien a partir de este trabajo dio cuenta que “el chamamé nació al público con voz de mujer, aunque no se lo quiera reconocer”. “En el año 2012 teníamos fecha para el estreno en el Teatro Juan de Vera de Corrientes, pero me cambiaron por Moría Casan, me quisieron reprogramar y les dije que no. Luego, me prometieron el Canal Encuentro y nunca tuvimos la posibilidad de presentarlo tampoco en ese canal. Hoy lo pueden ver en youtube con una muy baja calidad”, cuenta.

“Hay mucho por cambiar, y se cambia hablando. Tenemos que empezar a valorar y difundir el material e aquellos que marcaron el camino pero también darle la oportunidad a los nuevos valores. Estamos en una continua repetición, donde todo es igual, todos hablan de lo mismo y es lindo recordar nuestra historia y ver que somos, que nos han dejado y que podemos mejorar”, concluye.

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