La película de Josefina Zavalía Ábalos podrá verse desde el jueves 30 en el cine porteño.
En su segundo film documental, Salidos de la Salamanca (2023), Josefina Zavalía Ábalos se sumerge en escenas de Santiago del Estero para indagar en el origen de la chacarera. La directora lleva a los espectadores tierra adentro al ritmo del bombo, el paisaje, las guitarreadas improvisadas en algún patio, los mitos y las leyendas, los murmullos del monte y las danzas de los bailarines sobre pisos de tierra.
"El nombre de mi película se inspira en el álbum ´Como salidos de la Salamanca´ (de Los hermanos Ábalos) que a mí me fascinó desde chica, empezando por esa ilustración original de Machingo, el más grande de los Ábalos. El primer tema es de la Salamanca, es super interesante y tiene una textura y una sonoridad... Ese material inspiró el título de la película y claramente mi vínculo con los Ábalos es el motor y la materia prima de mi trabajo. Yo nací en esa casa que fue el Estudio de Arte Nativo que ellos fundaron en 1945 cuando llegaron a Buenos Aires y el folclore no existía, era prácticamente contracultural", cuenta Josefina en diálogo con Memoria Adentro. Su primer documental, Abalos, una historia de cinco hermanos, aborda parte de esta historia.
Los Hermanos Abalos ellos llegaron desde Santiago del Estero comenzando la década del 40 a la ciudad de Buenos Aires y desde allí difundieron la cultura santiagueña toda. Napoleón Ábalos (“Machingo”), Adolfo Ábalos, Roberto Ábalos, Víctor Manuel Ábalos ("Vitillo") y Marcelo Raúl Ábalos (“Machaco”).
Esa cultura santiagueña que ellos comenzaron a difundir era también la cultura popular argentina que en la ciudad de Buenos Aires aún no se conocía. Las primeras peñas, los primeros patios santiagueños surgen en aquellos años por la ciudad y en esa etapa Los Ábalos serán fundamentales en la formación y difusión para la música folklórica argentina.
El misterioso dos - tres
Se llamaba el “primer álbum para piano” y la introducción es algo fabuloso, mágico. Creo que no tiene más de tres páginas y es como que está el espíritu, el sentido folclórico de una profundidad. Cuenta al respecto del primer álbum para piano editado por los Hermanos allá en el año 1952.
Algo interesante de esta introducción es que contemplaba todo aquello que no puede escribirse en la partitura y uno necesita saber a la hora de tocar esta música escrita.
“Hay en la música un algo inmaterial, imponderable, milagroso, que se siente, se comprende y se transmite, pero no sabemos cómo”, dice
“Ese algo inmaterial que el autor siente pero no puede escribir, el verdadero espíritu de la obra, y que se desprende, sin embargo de la correcta interpretación de los signos de la escritura musical, requiere la intervención de un sentido, el sentido musical”, agrega.
“El sentido musical obra el milagro de la comunión entre autor e intérprete. Más agudo en algunos que en otros, es susceptible de ser educado [...] Para interpretar música folklórica argentina no basta con haber estudiado música ni tener sentido musical. Hace falta tener sentido musical folklórico o compenetrarse del mismo estudiando esta música de sus fuentes naturales”.
Adolfo tenía la síntesis de los grandes maestros, él tenía un talento particular como gran autodidacta, el haber introducido el piano en el folclore. Machingo y Machaco también eran pianistas y los cinco hermanos tenían este don de cambiar los instrumentos, todos bailaban y conocían la mitología profunda de Santiago.
El corazón en Santiago
Luego, Josefina Zavalía Ábalos viajó a Salavina para conocer este territorio del que tanto había escuchado hablar. "Santiago tiene ese monte tan particular y espirituoso, un silencio y una aridez que resultan magnéticas. Uno está ahí y empieza a escuchar sonidos y a la naturaleza que está ahí", describe. Y destaca que hay un origen místico y mágico de esta naturaleza con la chacarera y por eso esta conexión con la Salamanca. Se trata de un lugar donde brujos y demonios hacen sus aquelarres.
“Salidos de la Salamanca” nos invita a sumergirnos en el tiempo, el Miski Mayu (Río Dulce), el pueblito de Villa Salavina y a develar el aquelarre musical entre indios y esclavos africanos. El film aporta material de archivo inédito, subraya la transmisión oral como resistencia cultural, reúne relatos de anónimos, entrevistas a estudiosos del tema.
"La Salamanca era contado como un lugar mágico, especial y prohibido, muy conectado con los músicos y se aprendían cuestiones vinculadas con la idioscincracia santiagueña, la doma, el curar con yuyos. Escuchaba muchas canciones del repertorio foclorórico y siempre se la menciona. De chica, cuando iba a Santiago, a los chicos se no prohibía ir al monte a la hora de la siesta. Me crié con esos cuentos que son los que me contaba mi abuelo. Evidentemente, hay algo de mí ahora de adulta que quedó ahí (...) Hay un misterio en esta tierra y eso no se puede captar con un cerebro racional", cuenta.
"En la chacarera hay algo que nos hace vibrar a todos, no importa en qué lugar del país estés. Eso tiene que ver con nuestra identidad y ahí hay un punto de comunión. En la chacarera hay una matriz que puede invitar a pensar nuestra historia y a repensarnos", afirma.
El film se presentó en distintas provincias durante el 2023 y ahora llega por primera vez al Cine Gaumont. "Estrenar una película sobre el folclore argentino en este momento y en pleno centro porteño es una gran posibilidad", agrega. "Salidos de la Salamanca" se estrena el jueves 30 a las 19 hs en el Gaumont (Rivadavia 1635, CABA). Se proyectará durante toda la semana, hasta el 5 de junio. La entrada sale $400 y $200 para jubilados/as y estudiantes.
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