Nación suspendió el envío de fondos para programas de Educación provinciales y no hay definición sobre la situación de los trabajadores y las trabajadoras.
2000 trabajadores y trabajadoras de la Dirección de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires llevan a cabo un plan de lucha para garantizar su fuente laboral. Tenían contratos que finalizaron el 29 de febrero y no hay definiciones sobre su continuidad. Durante la mañana del viernes se concentraron en las puertas del Ministerio de Educación. Allí explicaron que hasta diciembre de 2023, si bien el trabajo estaba vinculado a la cartera bonaerense, sus contratos eran financiados íntegramente por el Gobierno Nacional. Al no contar con ese financiamiento, la Provincia absorbió el pago de honorarios por enero y febrero pero no hay garantía para los meses que siguen.
"Venimos pidiendo la continuidad desde que sabemos que Nación discontinuó el financiamiento. En la Dirección de Tecnología Educativa donde trabajo hay 170 personas contratadas con módulos docentes -que serían como profes de secundaria- cuyos sueldos estaban siendo financiados por planes de Nación vinculados a tecnología educativa, como el Conectar Igualdad (...) Nos vienen diciendo que la plata de Nación no está pero están tratando de ver de conseguir los fondos para la continuidad, no nos terminan de definir", explica Julia Inchaurregui, trabajadora de la Dirección de Tecnología Educativa (DTE). La DTE tiene como objetivo principal la democratización y sostenibilidad del acceso a la tecnología educativa y la promoción de la universalización de la conectividad escolar y social.
"Nuestra preocupación y nuestra decepción tiene que ver con que en diciembre nos habían invitado a formar parte del equipo para este año. No nos habían dado pistas de que iban a prescindir de nuestros servicios", cuenta Astrid Bauman, una de las trabajadoras despedidas de Educación Especial, sobre el panorama que atraviesa este área.
Además, advirtió sobre la situación de violencia laboral que sufrió una de sus compañeras. "Ella fue a preguntar cuál era la situación de su contrato y le dicen -de manera un poco desalmada- que esas cosas no tenía que preguntarlas y que si era mucha molestia que dejara de venir y que se terminaba su contrato", relata. "La modalidad que usó el director nos sorprendió. La dejaron sin su único ingreso fijo. Es una forma de violencia laboral", suma en diálogo con El verano prometido.
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