En su primer libro de poemas, la escritora toma sus propias historias familiares y confecciona un legado en forma de versos. Un documento de su intimidad apto para todo público.
“El libro está dedicado a mis hijos, tenía una necesidad de dejar plasmados para ellos cómo eran sus abuelos. Y sobre todo la figura de mi papá, hay varios poemas donde hablo de él, en una suerte de reivindicación suya, donde pongo en palabras cosas que circulaban en casa, pero no se decían del todo”, destaca la escritora Marina Arias en Los Mundos Posibles.
La felicidad ajena, de Ediciones Pixel, es su primer libro de poemas. Se trata de relatos suyos, algunos de los cuales ya integran varias antologías y han sido publicados en medios gráficos y digitales. Arias también ha publicado los libros de relatos Cuentos blancos (Desde la gente, 2018) y Hacia el mar (Edulp, 2008).
“En el acto la de la escritura, surgieron muchas cosas más allá de las que hubiera planificado cuando me senté a escribir cada poema”, reflexiona la autora, quien además tiene publicada las novelas Mochila (2014), Neoprene (2027), Bondi (2017) y Fioruchi (2020).
Sobre el concepto que da nombre a su poemario, la escritora remarca que “está en un poema que es humorístico en el libro, y esta frase habla de estar mirando redes, las cosas que publican los otros y las otras, viene por ahí, me gustó eso”.
Consultada sobre cuándo supo que quería ser escritora, recuerda que “escribía desde chica, tenía esa necesidad de volcar ideas y relatos”, y destaca que “lo primero que escribí como cuento fue a finales de la secundaria en Hacia el Mar, se trata de la historia de una chica que va a baile de un club, va pero no la sacan a bailar, y está esa cosa de mirar la pista de afuera”.
Por último, asegura que “escribir es algo que uno que actualiza cuando vuelve a escribir, no sabés si vas a volver a hacer un cuento más”.
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