Recuerdo

por Gabriel Figueredo

Donde quedaron tus labios,

tímidos y desvelados,

donde quedó tú piel,

inquieta y malherida,

donde quedaron tus manos,

limpiando las cenizas,

donde quedaron tus pechos lejanos,

donde quedó tu voz abriendo el día,

donde quedó tu amor y tu sonrisa.

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