Por: Anita M. Riquelme Suazo
Necesidad
Hace diez años, vivir en las faldas de un cerro o a orillas del mar, era para
Elizabeth una muestra de suma ignorancia y negligencia. Hoy es profesora de
historia en un colegio municipal, con 30 horas semanales, casada y madre de un
niño de cuatro años. Siempre que vuelve del trabajo, su conciencia se calla, ante la
satisfacción de estar regresando a su hogar, la casa propia. Independiente del río,
aflorando a pocos metros de distancia, sonando a la par con el viento.
Hogar
Espacio figurativo donde una persona alimenta su permanencia en la Tierra.