El destacado artista acaba de publicar su nuevo álbum dedicado al tango contemporáneo. Un trabajo donde expone sus propias composiciones enlazadas con versiones clásicas del repertorio actual del género.
Juan Lorenzo, quien es considerado como una de las nuevas voces expresivas del nuevo tango argentino, edito recientemente su segundo trabajo solista. Un disco donde reunió once obras con canciones y músicas instrumentales originales propias para guitarra y versiones para guitarra solista de otros compositores. “Se trata de un trabajo donde busqué expresar el tango de hoy y donde logré conjugar los sonidos, la palabra y la imagen dibujada o pintada”, dice el compositor, cantante, guitarrista y artista plástico.
En su nuevo material, el artista logró fusionar sus dos pasiones que son la plástica y la música. “Fui elegido por esas actividades que hoy no puedo dejar de realizar. Desde muy chico dibujo y pinto y en la adolescencia descubrí la guitarra y la música, dos pasiones, que fueron creciendo y confluyendo, cruzándose y separándose y que en este trabajo logré conjugarlas”, explica.
En Sonidos humanos, Juan Lorenzo logró también dar cuenta de su trabajo como artista plástico, poeta y compositor musical. “Ese libro surgió a partir de la propuesta de Vanina Steiner, un proyecto que comenzó de manera sencilla y que empezó a crecer y termino por abarcar los dibujos, las pinturas y la canciones que tenía en ese momento”, detalla.
Editado a través del sello Acqua Records el nuevo material de Juan Lorenzo, se compone de obras propias y versiones de María Laura Antonelli, Elbi Olalla y Alejandro Guyot, Pablo Sensottera, Alfredo “Tape” Rubin y Mauricio Pieroni, autores que forman parte de lo que algunos llaman “nuevo tango” y otros “tango contemporáneo”.
“Ambos términos son validos, porque hay un tango nuevo y contemporáneo, que forma parte de una movida cultural que se expresa en las nuevas composiciones que tienen sus raíces en los clásicos del género. En mi caso como guitarrista aprendí a tocar el tango a través de la guitarra, con los viejos guitarreros en las peñas y a partir de haber estudiado con Aníbal Arias, un destacado guitarrista, que supo tocar con Aníbal Troilo”, cuenta.
Y agrega que “para poder dar tu opinión dentro del género y poder presentar tu obra, indudablemente, hay que estudiar aquel tango. De ese modo, el tango de este siglo, fue conformando sus propios clásicos, que hoy se cantan en peñas, donde se puede escuchar a interpretes, que solo hacen un repertorio nuevo y con los autores sentados en las mesas. Y eso significa que el tango está vivo y no es solamente un recuerdo nostálgico o un estereotipo del pasado”.
El Arte y diseño de la tapa del disco fue realizado por la diseñadora y editora Vanina Steiner, a partir de un dibujo abstracto que Juan Lorenzo realizo especialmente con la técnica de marcadores y tinta sobre un papel de 60 x 56 cm. “Vanina hizo también el diseño de mi primer disco solista ´Tango en el corazón del monstruo´, y es una persona muy valiosa en el ámbito que ha editado muchos libros y sacado a la luz muchas letristas mujeres del tango actual”. señala.
La segunda obra solista autoral del artista surgió a partir de una selección de composiciones del tango contemporáneo que interpreto a partir de la guitarra. “La idea inicial del disco fue incluir temas nuevos, de compositores actuales, que son referentes y gente que admiro mucho. En ese sentido, la conformación de este disco, me permitió tomar conciencia de la gran producción tanguera de estos tiempos”, detalla Lorenzo, quien a partir de una paciente selección, busco acercar algo del nuevo tango, al repertorio guitarristico.
Alto ruido abre con una versión instrumental de Puente Pueyrredón, un clásico del tango actual, con letra y música de Pablo Sensottera, continua con Blanco de titanio, un tango canción, donde Lorenzo, expone los cambios de costumbres y códigos que se dieron dentro de las milongas a partir de la irrupción de los feminismos, sigue con la milonga Agua negra y Canción del durmiente, tango/baguala canción, que da paso a “Calle”, una versión instrumental del clásico de Alfredo “Tape” Rubín y Mauricio Pieroni. Promediando el disco se escucha “Mi dulce libélula”, otro tango canción de Lorenzo, “Jardín del desierto”, de Elbi Olalla y Alejandro Guyot, “Argentígena” una hermosa versión instrumental del tango de la pianista y compositora, María Laura Antonelli. Antes del final suena “Tatuaje tumbero”, donde Lorenzo da cuenta de la Buenos Aires de los márgenes y expone como vive la juventud en los barrios del sur de la capital. El disco cierra con un “bonus track” muy especial: un trap póstumo de su hijo Lautaro Lorenzo en el que Juan intervino con su guitarra.
“Cuando compongo musical instrumental pienso en la guitarra, y cuando compongo canciones, pienso en la voz humana. Yo no empecé cantando y cuando me di cuenta que la canción iba en serio, me puse a estudiar canto, para lograr comunicar de forma decente mis propias melodía”, expresa el músico, integrante de la agrupación Bombay Buenos Aires (ex34 Puñaladas), que logró en su segunda producción de estudio, preservar una sonoridad y una poética contemporánea que expone estos tiempos, sin renegar del pasado y conservando el espíritu de la canción criolla.
“La guitarra es un elemento antiguo y fundacional y en la musical popular sudamericana es además el instrumento central. Entonces, agarrar un instrumento clásico y buscarle los sonidos y los recovecos en donde suene a hoy, sobre todo en el formato de guitarra y voz, fue un gran desafío”, explica Lorenzo.
“Sacar un disco o pintar un cuadro es parecido a lanzar una botella al mar, ya que no sabes a donde puede ir ni quien puede tomarla, sobre todo a partir de las plataformas y las redes sociales y eso es lo maravilloso y lo lindo de todo esto (...) hoy estamos en esa etapa hermosa donde se socializa el trabajo realizado en la intimidad”, dice el artista para quien la obra se completa cuando la escucha el otro.
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