Militares nigerinos tomaron por asalto el poder, suspendieron el funcionamiento de sus instituciones y cerraron las fronteras. Los golpistas rechazan las negociaciones con el presidente democrático Mohamed Bazoum. Yamil Bekenstein deja algunas reflexiones sobre la situación.
“La pelea de fondo tiene que ver con la dominación del país en una estructura subdesarrollada y dependiente de las potencias coloniales. Niger, al igual que otros países de África, era una colonia francesa y se independizó. A partir de ahí hubo un proceso lento de cortar esos lazos coloniales”, analiza Yamil Bekenstein, licenciado en Ciencias de la Comunicación Social (UBA) y Maestrando en Relaciones Internacionales (FLACSO).
Tras derrocar al presidente democrático Mohamed Bazoum, los militares del grupo autodenominado Consejo Nacional para la Salvaguarda del País aseguraron que todas las instituciones habían sido suspendidas y que las fuerzas de seguridad estaban gestionando la situación. Además de decretaron un toque de queda y el cierre de las fronteras del país.
Al aire de Los Mundos Posibles, el columnista explica que con la situación institucional del país “pasa un poco de todo, si bien hubo un golpe de Estado que subvirtió, sobre todo el Poder Ejecutivo, no es lo mismo la situación actual en la capital (Niamey), que el resto del país”, y señala que “lo que se pudo ver en estos días fueron varias movilizaciones de apoyo al gobierno militar, hubo un fuerte incentivo por parte de la población nigerina”.
“Niger decidió interrumpir el suministro de algunos artículos de exportación a Francia, como oro y uranio, y eso le complica las relaciones internacionales. A su vez, sus socios del ECOWAS (La Comunidad Económica de Estados de África Occidental) impusieron sanciones y pretenden dejar de exportarle algunos insumos”, describe.
Niger es uno de los 14 países que sigue utilizando el franco africano, una moneda que determinó Francia para tener el control sobre ellos, lo que implica algunas desventajas, como que el 50% de las reservas deben estar en Francia. Sumado a que la empresa más importante de materias primas solo le pertenece en un 15%.
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