Inicio Categorías Cultura “Daniel Toro fue un artista noble que elevó nuestra cultura a una dimensión que nos debe enorgullecer”

“Daniel Toro fue un artista noble que elevó nuestra cultura a una dimensión que nos debe enorgullecer”

El nombrador es una película dirigida por Silvia Majul que aborda la vida del músico. Tendrá hoy su estreno en La Plata con entrada libre y gratuita en La Salamanca.

“Daniel Toro ha logrado dejar toda su eternidad entre nosotros, fue un artista noble que elevó nuestra cultura a una dimensión que nos debe enorgullecer. Logró -como decía Yupanqui- la verdadera misión del artista, que es alumbrar. Y alumbró con una voz y una manera de componer inigualable, fue un cantor popular que a través de su canción le mejoro la vida a un montón de gente”, expresó José Ceña, cantante, guitarrista y compositor que participa de El nombrador.

La película se estrena este martes 11 en La Salamanca, en el marco del ciclo de cine y música organizado por la productora “Por la Huella”, que busca dar espacio a realizadores audiovisuales que trabajaron temáticas relacionadas a la música popular.

La película se puede ver este martes en La Salamanca (5 entre 61 y 62) a las 20.30

Yupanqui decía que la verdadera misión del artista no es deslumbrar, sino alumbrar y hay una significativa diferencia entre un objetivo y el otro. Uno tal vez alimente la vanidad y el ego y el otro es una retroalimentación entre ese canto noble y sincero y el que lo escucha. Cuando eso se da se produce el alumbramiento. Daniel Toro, comprendió, entonces, que más allá de sus cualidades vocales y su calidad compositiva inigualable, no debía ponerse sobre encima de la obra. No necesitó colocarse un poncho ni agarrar una guitarra para representar a esa América profunda, parafraseando a Rodolfo Kusch. Él era el rostro de esa América profunda. Fue un artista que trascendió más allá de su arte, porque fue la representación cabal de un continente, de una historia y de toda una cultura”, remarca en diálogo con Cacodelphia.

El nombrador aborda la vida musical de Daniel Toro, autor de clásicos como Zamba para olvidarte, Mi Mariposa Triste (junto a Julio Fontana), El Antigal, Cuando tenga la tierra (junto a Ariel Petrocelli), entre otros grandes temas. El film contó con apoyo del INCAA y se estrenó en el Festival Internacional de Cine Independiente de Cosquín, en el marco del Festival Internacional “Adentro” (Komil'fo, Moscú, Rusia), fue presentado en La Televisión Pública, también en Octubre TV, en más de 20 canales del país y en el Cine Gaumont de Buenos Aires. Asimismo, participó de los festivales más importantes de Argentina y el Exterior, entre ellos Festival patagónico Lorenzo Kelly y el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

“El trabajo que hizo Silvia Majul (la directora) en este documental es muy valioso porque entiendo y estoy absolutamente convencido que es también desde estos lugares que debemos dar la batalla cultural. En ese sentido es un registro indispensable para dar esa batalla de la que tanto se habla y que muy pocas veces se libra de una manera consciente”, expresa Ceña.

A partir de este documental, describe Ceña, se logra conocer el pensamiento de Daniel Toro, sus debilidades y fortalezas, "y la mirada poética de un hombre que fue un hombre del pueblo, y que tuvo una capacidad de observación y análisis, sobre la poesía y la canción popular maravilloso. No es casual que haya tenido laderos como Ariel Petrocelli y Julio Fontana”.

Conocer a Daniel

Daniel Toro nació en Salta, el 3 de enero de 1941 y fue autor de más de mil canciones con temáticas tanto románticas como sociales, de la cuales muchas se convirtieron en clásicos del cancionero popular y fueron interpretados por artistas que van desde Diego Torres a Mercedes Sosa, pasando por Abel Pintos, Los Carabajal y más recientemente por Julieta Laso. En su adolescencia, comenzó su vida musical formando parte de varios grupos folklóricos, entre ellos, Los Tabacaleros, Los Forasteros, Los Viñateros y Los Nombradores. De este último se alejó para iniciar su recorrido como solista. En 1966 llegó por primera vez al festival de Cosquín, y al año siguiente se llevó de ese mismo escenario el premio consagración del mayor encuentro musical del folklore. Ese galardón sería el puntapié de una vida artística, cuyo repertorio tuvo canciones memorables fruto de su sociedad con diversos poetas.

“No hay que perder de vista que Daniel Toro emerge en una década gloriosa de cambios y transformaciones sociales muy profundas y en el marco del llamado boom del folklore, todo eso ha dado un marco y un contexto bastante particular para comprender su obra”, recuerda Ceña y agregó que “el repertorio de Daniel Toro esta atravesado por la canción romántica y testimonial y eso es también para destacar, porque muchas veces, quizá, sin darnos cuenta, quedamos atados a algún tipo de prejuicio, en cuanto a lo temático y en relación a lo literario como hecho cancionística, y creemos que, si hay carga ideológica, no puede también componer sobre el amor entre dos personas”.

“Daniel Toro nos demostró que se puede cantar al amor con una altura impresionante, como lo hace, por ejemplo, en ‘Mariposa triste’, o en ‘Zamba para olvidarte’ y puede así mismo comprometerse desde el punto de vista ideológico, a partir de una canción como ‘Cuando tenga la tierra’ o ‘Cristo americano’. Esas temáticas las abordó con un nivel de creatividad y de belleza maravilloso”, dice el cantor.

Además, el artista destaca que Daniel Toro fue un compositor y un cantor extraordinario, con un registro muy amplio, condiciones que es muy difícil hoy encontrar en un mismo artista. “En ese sentido ha dejado una escuela, que no debe perderse, por eso es muy importante este documental, porque significa un material de consulta, para los estudiantes de canto, para los estudiantes de música que tengan ambiciones de compositor y para aquellos que además se quieran animar a escribir una letra”, señala.

El 11 de febrero de 1963, un grupo de músicos, poetas, bailarines y escritores dieron a conocer el manifiesto del Nuevo Cancionero, que habría de cambiar para siempre la historia de la música popular. “El nuevo cancionero marcó un antes y un después en lo que respecta a la producción de raíz folclórica y la canción latinoamericana y la obra de Daniel Toro, responde a la misión que se trazó ese movimiento liderado fundamentalmente, por Armando Tejada Gómez, Oscar Matus y Mercedes Sosa”, cuenta.

“No sé bien si estuvo o no vinculado con ese nuevo cancionero, pero si tuviera que armar un listado de artistas que de alguna manera respondieron al manifiesto del nuevo cancionero, sin dudas que hay que incluir allí la obra de Daniel Toro”, expresó Ceña.

Al ser consultado sobre cómo se vincula hoy la obra de Daniel Toro con el nuevo cantar de estos tiempos, el músico aseguró que hay compositores conectados con aquella raíz de carácter folclórico, que están muy en sintonía con la obra del músico y cantor salteño fallecido el pasado 25 de mayo.

“Si pienso hoy en el Movimiento del Nuevo Cancionero y su relación con el presente, sin dudas, hay debo mencionar a Ramiro González, a José Luis Aguirre, al dúo Orozco-Barrientos, a Juan Quintero, a Coquí Ortiz y a Bruno Arias, entre otros, ellos son de alguna manera, hijos de aquel movimiento y palpitan a la misma sintonía que palpitó la obra de Daniel Toro”, apunta.

“Y hay que hacer un gran esfuerzo para que esta gente esté en primera plana, hay que trabajar mucho y encarar a la música popular de nuestro país como un gesto de militancia, para dar cuenta de estos artistas, que tallan de una manera profunda y noble, con un compromiso y con la absoluta convicción de que la canción debe ser alumbradora en todo sentido”, postula.

La última dictadura militar prohibió la canción de Daniel Toro, quien, para burlar la censura, apeló al seudónimo de Casimiro Cobos. “La dictadura generó un hueco cultural muy profundo y oscuro y a Daniel Toro, evidentemente eso lo afectó profundamente y le trajo graves consecuencias muy graves, a partir de esa censura debió vivir situaciones muy doloras y muy difíciles de superar”, recuerda. En 1979, , recibió el duro golpe del diagnóstico de cáncer de garganta que luego de diez años de vida artística, lo terminó de alejar de los escenarios.

“Para un artista de la dimensión de Daniel Toro, diez años es muy poco y, sin embargo, en ese tiempo realizó obras que han quedado en la memoria colectiva y que forman parte de nuestro patrimonio poético musical y que lo han transformado en un artista inolvidable”, dice Ceña. “Es decir que le alcanzaron esos años para demostrarle a los refutadores de leyendas que cuando el amor esta puesto en sintonía con la condición del ser humano, no hay manera de callarlo ni de arrebatar ese canto”, suma.

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