Desde hace más de 35 años, la artista impulsa un carrera impulsada por su militancia feminista en la música popular.
Marisa Vázquez tiene -hasta el momento- cuatro discos editados y hace 25 años formó parte de aquellos que refundaron el tango en zapatillas con una visión muy poderosa que logró que los jóvenes se arrimen nuevamente al género.
“Al principio tímidamente todos hacíamos covers a nuestra manera, hasta que nos animamos a componer nuestros propios temas (...) En lo particular todo aquello tuvo también que ver con fundar una mirada femenina que al tango le estaba faltando, ya que, como la mayoría del arte, siempre fue un patrimonio de hombres”, recuerda Marisa Vázquez.
La cantora y abogada penalista es quien impulsó el colectivo feminista de cantantes Tango Hembra que comenzó llamándose así, explica, “por aquel latiguillo de que el tango es macho”. Ese colectivo se denomina hoy Tango Transfeminista y los objetivos que se proponen "van mucho más allá del escenario”.
“A pesar de ciertos avances nos faltan todavía un montón de cosas por conseguir y corregir. Por ejemplo, con en el tema de la Ley de cupo, donde a veces todo es muy tramposo”, denuncia quien es reconocida por su activa militancia feminista en el tango y la música popular.
A lo largo de su carrera, la presencia de las mujeres en el escenario ha ido creciendo. “En el marco de esa lucha la palabra, es fundamental, porque es un hecho político (...)hoy somos muchas las mujeres que estamos escribiendo otra historia, otra mirada dentro del género que nos permite acceder a otras diversidades. Por ejemplo, acabo de componer un tango de amor lésbico que, en otra época hubiera sido impensado”, repasa.
Marisa Vázquez se presentó en noviembre en La Plata en la sede del Sindicato de Personas Músicas de La Plata, Berisso, Ensenada y Magdalena junto a La Conurbana, trío de guitarras conformado por Lola Rosa, Alejandro Forneiro y Calen Ortíz, director y arreglador del conjunto. “Con ellos terminamos de armar un disco, que está en plena mezcla y que saldrá en unos meses”, anticipa. En ese trabajo además de nuevas composiciones como “En este bar”, “No es raro” y “Conurbano”, regrabaron tres temas que la cantora editó en otros discos: “Zabaleta” y “El Zarpazo” que formaron parte de “Arde”, su último trabajo discográfico y “Gualicho de luna”, tango que grabó en “Esa mujer: Buenos Aires”.
“No sé si soy una buena poeta, pero necesito escribir, comunicar, desde los que me atraviesa y también pensando en otras mujeres”, expresa la cantora que también asegura que “hacer tango nuevo, es además de una propuesta cultural, una decisión política”.
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