Lo que hoy quiero contarles quizás no sea una efeméride muy notable, pero si para mi porque fue mi primer día en Radio Futura y los días que siguieron.
Iba a radio Futura y no sabia que podía esperar, tenia más temor que esperanzas. No sabia que debía hacer. Iba en el auto de mi amigo Domingo y cruzábamos un barrio que para mi era totalmente desconocido. Era un día lánguido, tibio, en que el verano llevaba sus maletas todavía vacías pero ya empezaba a llenarlas con sus colores, con sus olores, con sus tiempos y sus espacios. Ocurrió que yo me sentía muy inquieta pero iba mirando el paisaje y vi un joven espectro del otoño que se oculto rápidamente en una casa abandonada. A poco había una arboleda con una zarza que las enredaba todas y ahí alcance también a estivar otro joven espectro del otoño. Todavía no, todavía no. Cuando llegamos al otro barrio que no conocía le pregunto a mi amigo Domingo dónde esta la radio. Ahí, me dice y me señala un edificio donde jamás hubiera imaginado que hubiera una emisora.
Bueno, se abrió la puerta y pude ver a muchas caras de chicas y muchachos que discutían con vivacidad temas de los cuales yo no sabia nada pero puedo decir una cosa: que sin embargo, pese a sentirme extraña y perpleja, sentí desde ese primer momento que había buena onda, que había entusiasmo, que había grandes deseos de seguir delante y de luchar y ese sentimiento aun lo hice mío y lo sostengo.
Como dije, había muchas caras jóvenes y otras que no lo eran tanto pero como yo cargo años pensé que quizá me tocaría escuchar alguna de esas frases devaluantes que ya unas cuantas veces había soportado. Por ejemplo, "¿de que museo te dejaron salir'". O sino, "bueno, vos debes haber trabajado en las películas de Chaplin". Pero puedo decir con alegría que nada de eso ocurrió. Ame y amo a Radio Futura. Esas chicas y chicos no zanatean. Yo quisiera invitar a esa gente que por televisión o e los medios gráficos dicen que la juventud ahora son ni. O sea ni trabajan, ni estudian, ni nada. Yo acá he visto chicos y chicas que trabajan como locos, que tienen sus títulos en camino o ya lo obtuvieron y es totalmente lo contrario a esa imagen deprimente que quieren vendernos de nuestra juventud.
Después, escuche con atención los separadores y me admire y me alegre al escuchar frases de Osvaldo Bayer, de Rosa Luxemburgo, de Bertolt Brecht y de otros compañeros a los que posiblemente no ubico o conozco, pero emitieron frases que son geniales.
Además, mirando por la ventana, se me ocurrió que Radio Futura podía ser como un gran árbol. Como ese que tenemos ahí en la esquina. ¿Por que? porque tiene un gran tronco solido, porque tiene muchas ramas y porque esas ramas están exuberantes de hojas de un verde brillante y porque además constantemente hay pájaros que llegan y pájaros que salen. Pájaras que llegan y pájaras que salen, con noticias verdaderas, llevando noticias ciertas.
Así, ustedes deben ya saber que soy una vieja cuentera, pero quería decirles que hay cosas que no se pueden creer muy fácilmente pero yo tengo afinidad con los fantasmas, los espectros y los aparecido. Por eso espero que me crean si yo les digo que esas noche de invierno que salíamos tarde, que estaba oscuro, he visto pasar por el pasillo la silueta de Eduardo Candreva. Porque, como ustedes bien saben, Eduardo Candreva jamás se fue de Radio Futura.
Clara Antoñanzas