Con la dirección y dramaturgia de Omar Sánchez, la obra “El niño pez y el sueño de negras alas”, representa la tragedia griega por excelencia. La pieza que se estrena este sábado cuenta con la actuación de Carlos Aprea, Susana Disalvo, Nora Oneto, Graciela Sandoval y Oscar Vernales.
Ese grupo de actores que ya había trabajado en la obra “Las desventuras del doctor Tadeo”, a propuesta del director y dramaturgo Omar Sánchez comenzó a trabajar sobre el texto de Eurípides. “Al comienzo nos pareció inabarcable porque era muy denso. Empezamos entonces a trabajar hasta que nos agarró la pandemia y cuando se abrió comenzamos con los ensayos al aire libre y luego en una sala teatral. Ahora llegó el momento de mostrar ese trabajo que hasta acá hicimos muy íntimamente”, explicó Nora Oneto, la actriz y docente teatral platense que en la obra representa a Hécuba.
“Buscamos abordar algo de la historia de esa mujer que nos remitiera a una reflexión sobre cosas que estábamos atravesando en estos tiempos. A partir de esa idea Omar, con los aportes de cada uno, fue escribiendo el libreto”, agregó.
En diálogo con Cacodelphia anticipó que “la historia se va contando a partir de un campamento de sobrevivientes, cerca del mar que esperan por un traslado. En ese grupo de gente deambula Hécuba quien a partir del relato de quienes la rodean va armando una historia que le recuerda lo que le paso”.
“Hécuba fue víctima de su propio destino: pasó de mujer casada a viuda; de reina a esclava; de tener una gran ciudad, a no tener nada, y, finalmente, de humana, a perra. Y toda esa historia aparece en la obra a través del aporte que van haciendo los demás, permitiéndole de ese modo a esa mujer que recuerde la tragedia que vivió”, expresó una de las integrantes del elenco de “El niño pez y el sueño de negras alas”.
La actriz empezó a trabajar el personaje de Hécuba primero como alguien que no se acordaba, que estaba perdida y no reconocía lugares, a quien le venían recuerdos de los hijos y el marido. Después, explica, se preguntó cómo hacer para pasar de esa mujer a la que finalmente toma la decisión de vengarse de una manera tan cruel, matándole los hijos al asesino de sus hijos. "A Hécuba le quedó sólo la venganza como instrumento, porque no hubo una justicia que la escuche. Y entonces decidimos abordar esa historia sin juzgarla. Ya que comprendimos que los mismos hombres que la llevaron a transformarse en una fiera, en una perra, son los que le negaron la justicia que ella reclamaba”, reflexionó.
Con escenografía de Gabriela Díaz, vestuario de Analía Seguezza, diseño de luces de Federico Genovés, asistencia de maquillaje de Mabel Padín y la realización escenográfica de Pablo Medina la obra se brindará los sábados 20 y 27 de agosto y todos los sábados de septiembre en Dynamo Teatro (Calle 17 N°1754).
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