Las medidas de cuidado que impuso la pandemia, obligaron a trasladar los juicios a los genocidas hacia plataformas digitales. Lejos de obstaculizar la causa de Memoria, Verdad y Justicia, sus protagonistas afirman que saldó una vieja discusión y la hizo más accesible.
Guadalupe Godoy, abogada, integrante de una de las querellas que lleva adelante la causa Brigadas Banfield Quilmes Lanús, se enlazó vía telefónica con Los mundos posibles donde brindó su punto de vista sobre la virtualidad con que se están llevando a cabo la ronda de testimonios que iniciaron en octubre de 2020: “Mucha gente que nunca había podido presenciar una audiencia está accediendo a saber cómo son esos relatos que se escuchan en los juicios, hoy podés en cualquier momento se puede entrar y ver la audiencia, es impactante”.
“Durante años tuvimos la discusión sobre si se podía difundir o no un testimonio y esa discusión se saldó con la pandemia, un medio popular como La retaguardia empezó a grabar, lo dejó ahí y nadie lo objetó, y hoy el propio sitio del Poder Judicial está grabando y dejando las grabaciones puestas, entonces se construyó algo que durante años estaba vedado”, reflexionó la abogada.
Para Godoy fue importante marcar una diferencia entre juicios anteriores y los que se están llevando a cabo en el presente “El Juicio a las Juntas estuvo vedado por una decisión política del radicalismo que tenía que ver con pensar que si los testimonios se escuchaban el impacto iba a ser enorme y había que medir eso, se estaba pensando a los juicios como una instancia necesaria para reconstruir la democracia, no como un fin en sí mismo, y ahora tenemos esta instancia que tiene que ver con eso, pero también con las distintas memorias, hoy en los juicios la memoria es la memoria del genocidio y eso se nota en los relatos, en las preguntas y en lo que hemos logrado en cuanto a las escuchas, no es la misma escucha la que tiene un juez hoy”.
Una de las victimas que brindó su testimonio, en el marco de un juicio que unifica más de 400 causas, fue Patricia Pozzo, que reviste de una vital importancia para la abogada: “La Plata tiene muchos relatos que ya están institucionalizados, son relatos muy fuertes como el de La noche de los lápices, entonces ahí hay otras historias que no están tan contadas en esos términos de la militancia y en el caso de ella poder preguntarle sobre eso, me gustó poder mostrar eso, los testimonios de ella no estaban relatados en esa tónica”.
“Si yo quiero demostrar que lo que sucedió fue un genocidio, tengo que mostrar que ese exterminio fue planificado, que tuvo un por qué, que tuvo un para qué, y que fueron elegidos los sectores que había que exterminar para poder llevarlo adelante, en el caso platense lo que se intentó fue perseguir a aquellos sectores del movimiento obrero, del movimiento estudiantil, que eran aquellos que se podían oponer a las políticas que quería implementar la dictadura”, explicó Godoy a modo de conclusión.
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