La muerte de Jorge Pacci reavivó la discusión sobre las nocivas condiciones laborales en las que trabajan los empleados del subterráneo porteño.
Francisco Ledesma, Secretario de Salud Laboral de la Asociación Gremial de Trabajadorxs del Subte y Premetro (AGTSP), se enlazó vía telefónica con el aire de Los mundos posibles donde refirió cómo se confirmó la presencia de asbesto en el espacio de trabajo de Pacci: “Tenemos vinculación con sindicatos en otros metros del mundo, entre ellos compañeros del subte de Madrid, a través de ellos nos enteramos que había fallecido un trabajador de una fábrica que había construido los coches CAF 5000, luego pudimos comprobar que una de nuestras flotas, que había sido comprada por Macri en 2011, pertenecía a este mismo modelo”.
Según lo explicó Ledesma, se contactaron con la doctora Leticia Lescano, del Departamento de Zoología de la Universidad Nacional del Sur, y se enviaron piezas para ser analizadas y determinar si tenían asbesto entre sus componentes: “Teníamos muchas sospechas porque los compañeros de España nos habían mandado las pruebas de los tribunales de Madrid donde los mismos modelos, de la misma marca, que allá habían dado positivo acá estaban montados sobre los trenes en funcionamiento a los cuales se les hacía mantenimiento”.
A principios de 2018 la Asociación Gremial ya empezaba a recolectar pruebas que demostrarían la presencia de asbesto en su lugar de trabajo. También se realizaron presentaciones ante el Ministerio de Trabajo para que inspeccionara el tema y cada evaluación que llegaba desde la Universidad del Sur se sumaba al expediente: “Ahí empezó nuestra pelea porque empezamos a confirmar que esa flota tenía kilos de asbesto en un montón de partes”.
En un primer momento, Metrovías accedió a remover parte de la flota, pero a medida que fueron haciéndose los muestreos y se confirmaban las sospechas iniciales, tuvieron que reconocer institucionalmente la presencia de asbesto en las formaciones e infraestructura del subte. Este reconocimiento demoró cerca de un año, y muchos trabajadores ya habían sido expuestos al material nocivo.
Desde la Asociación Gremial convocaron a una marcha para exigir la compra de nuevas flotas y se presentó un amparo colectivo que fue ratificado en dos instancias por la justicia. Posteriormente, se realizó una mesa de diálogo en la Subsecretaría de Trabajo con participación de la empresa, el sindicato y el Gobierno de la Ciudad. Entre las exigencias que se le formularon a Metrovías estaba la necesidad de avanzar con un plan de saneamiento y remediación para el subte, lo que implicaba el reemplazo de flotas, cambios de infraestructura y hasta de señalización, debido a los altos índices de asbesto presentes en ellos.
Durante la primera semana de marzo de 2020 Metrovías presentó un plan por etapas para la desasvestización del subte y se comprometió a realizar muestreos de todos los espacios donde pudiera encontrarse asbezto, lo que conduciría a posteriores estudios médicos en los trabajadores que hubieran sido expuestos al material contaminante.
Metrovías aprovechó la llegada de la pandemia para dejar en suspenso todos sus compromisos con la salud de los trabajadores y las líneas de subte se reactivaron para garantizar el traslado de personal esencial. El reciente fallecimiento de dos operarios presenta un nuevo punto límite para una situación que ya está por encima de lo insostenible.
A modo de conclusión, Ledesma lamentó la pérdida de sus compañeros y compartió una esperanza de cara al futuro al decir que “los subtes de todo el mundo son estatales, acá es el único lugar donde está privatizado, en todos esos lugares el Estado está desasbestizando, acá los que estamos reclamando que se desasbestize somos lo trabajadores, un proceso de desasbezticazcion lleva varios años, y nosotros, aunque somos más nuevos en esta pelea, hemos avanzando más que otros países”.
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