Tras la suspensión de las visitas familiares, la violencia es la única respuesta que obtuvo el reclamo de la población carcelaria. Hay heridos y se provocaron incendios en diferentes centros universitarios. La responsabilidad apunta a Xavier Areses, titular del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Claudia Cesaroni, abogada, referente de la lucha por los derechos humanos de personas privadas de su libertad, se enlazó vía telefónica con el aire de #FuturaEnCasa donde se explayó sobre el aumento de la violencia represiva que se está dando hacia el interior de las cárceles del Servicio Penitenciario Bonaerense, situación que se vio agravada por el reclamo de la población carcelaria frente a la suspensión de visitas programadas que ordenó su titular Xavier Areses: “Lo que está pasando es de una gravedad inusitada y una de las cosas que más impotencia me genera es que no tiene respuesta de los grandes medios de comunicación ni de las autoridades que tienen que resolver y tomar una decisión política con respecto a qué se va a hacer con este tipo de represión”.
Los episodios más violentos se registraron en las unidades 48 de San Martín, 40 de Lomas de Zamora, 31 y 23 de Florencio Varela y 37 de Barker donde, según lo expresó Cesaroni: “Tenemos tres centros universitarios destruidos, hay que imaginar qué significaría que ingrese la Policía a la Universidad de La Plata o de La Matanza o a la UBA, rompiendo todo, destrozando, quemando libros en espacios universitarios, sería intolerable, generaría renuncias, denuncias, eso pasó y no genera nada, ni para el jefe del Servicio Penitenciario, Xavier Areses, luego viene el subsecretario de política criminal, el ministro de justicia y, por supuesto, el responsable político último es el gobernador de la provincia de Buenos Aires”.
“Al día de hoy siguen llegando videos, fotos, audios de represiones que continúan, la respuesta represiva no sucede a partir de un solo hecho, o sea, no sucede solamente cuando hay que "recuperar" la unidad, sucede luego durante mucho tiempo, se reproduce en sucesivos traslados, cada traslado es llevado adelante con violencia tanto en la salida de la unidad como en la llegada a una nueva unidad, lo que los presos denominan el "capeo" que significa llevar a una persona con la cabeza baja, esposada, golpeándola, insultándola, hay una práctica de venganza sobre las personas que es histórica”, se lamentó la abogada.
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