Lara Hueravilo y Morena Belingieri, son nietas de desaparecidos e integran la organización Nietes. En la vigilia por Jorge Julio López, contaron sus historias.
Nietes nació a fin el año pasado definiéndose como una tercera generación en lucha. "Surge en un contexto neoliberal, con Macri, pre elecciones, viendo cómo poder zafar de esa y cómo poder reactivar y recuperar la memoria. El neoliberalismo que desapareció a nuestros abuelos fue los 70, se repitió en los 90, ahora nos tocaba (activar) a nosotros", contó Morena, nieta de Héctor Bellingeri. En apenas un año, la organización fue aunando a muchos y muchas jóvenes de distintos lugares: "empezamos a buscar a otros nietes y ahora estamos federalizades, hay nietes de todos el país".
Para muchos hijos e hijas de desaparecidos, el momento de ser padres o madres y pensar en estas nuevas generaciones fue un puntapié para indagar sobre su propia identidad. Y así se abren nuevos caminos y nuevos diálogos. "Reactivar la memoria desde otros puntos para llegar a que las personas se re pregunten quién soy, de dónde vengo e interiorizarse más en une misme", agregó Lara, nieta de Lautaro Hueravilo y Mirta Mónica Alonso Blanco. "Los delitos de lesa humanidad se siguen cometiendo hoy en día porque no sabemos dónde están los hijos de los desaparecidos y los que lo saben no lo dicen", sumó Morena en el aire de Radio Futura.
Ambas crecieron conociendo sus historias familiares y lo que ocurrió durante la dictadura. "En mi caso personal, yo me crié con mis dos padres militando en HIJOS, mi papá es hijo de desaparecides y mi mamá era compañera. Nacer ahí hace que siempre estás cerca de la historia, por qué te quedabas jugando a la mancha en una facultad mientras había un plenario. En mi historia personal siempre supe qué pasaba, por qué mi papá militaba, ir a las marchas. No me imagino una infancia diferente".
"Mi viejo empezando a militar en el ´96 en HIJOS. Nunca supe cómo me enteré mi historia, sino que nací sabiéndola. Desde chiquita lloraba todos los 24 de marzo, no sabía bien por qué, pero sabía que tenía un abuelo y me lo habían quitado. La historia la fui interpretando a medida que empecé el secundario", reflexionó Morena.
Como contracara del horror y el silenciamiento del genocidio, surgen crianzas colectivas y una familia inmensa atravesada por una historia común.
Para nosotros, la lucha de nuestros abuelas y abuelos es muy reciente, siempre está presente
Ambas coincidieron en que, en ocasiones, el sistema educativo no da lugar a preguntas y respuestas vinculadas a la memoria: "un montón de veces tuvieron que corregirme en posturas que para mí no eran equivocadas, eso es algo que siempre me repregunté".
"Para nosotros, la lucha de nuestros abuelas y abuelos es muy reciente, siempre está presente, se vive todos los días. Eso de que quieren hacernos olvidar la línea de tiempo y decir que pasaron muchos años y de que además través dolor... el dolor lo tenemos nosotros y la gente que vivió esa dictadura, desde todos los puntos de vista", concluyó Lara.
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