El ex abogado querellante de la causa sobre Jorge Julio Lopez reflexionó en torno al decimocuarto aniversario de su segunda desaparición.
“López no habló sólo de su secuestro”, dijo Hnatiuk, “sino que reivindicó histórica y políticamente la militancia de Montoneros”. Así describió el abogado a la última declaración que hizo, el 28 de junio de 2006, Jorge Julio López como testigo en la causa contra Miguel Etchecolatz.
Toda acción tiene su interpretación. Y el caso de López no es una excepción: “Para nosotros fue un crimen político, su objetivo fue secuestrar y agredir a un militante”, dijo Hnatiuk, “y también atacar al gobierno de Nestor Kirchner y a su política de Derechos Humanos (con los juicios a los genocidas)”. El juicio contra Etchecolatz fue el primer juicio de ese tipo después del juicio a las Juntas. Habían pasado 21 años entre uno y otro.
Sobre el estado actual de la causa, el abogado y actual presidente del Patronato de Liberados Bonaerense, expresó que "es una situación incómoda no tener nuevas cosas para decir", ya que hace mucho tiempo que la causa no avanza. De ahí el mismo dolor que siente cada vez que se cumple un nuevo aniversario.
Frente a un presente judicial paralizado, Aníbal Hnatiuk contrapone la vitalidad del campo popular de los Derechos Humanos: “Es lo más hermoso que tenemos para ofrecerle al mundo. No bajar los brazos, los juicios…El campo popular es hermoso como se regenera, es increíble como Argentina exporta organización popular, de todo tipo. Dio sobradas muestras de no rendirse: Abuelas es un ejemplo”. Y ya profundizando más la militancia actual a contraluz de la setentista, reflexiona con una autocrítica: “Uno como militante a veces idealiza demasiado a aquellos militantes de los setenta, los ve como héroes. Y hoy como militante de Derechos Humanos, uno se siente un militante reciclado, que al compararse con aquellos cuesta un poco valorar todo lo positivo que se está construyendo".
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