Un trágico episodio que sirvió para instalar la obligatoriedad de la radiotelegrafía en los barcos, un impulso inesperado para una tecnología que estaba en vías de desarrollo y que rápidamente se convirtió en un fenómeno mundial.
En vísperas del centenario de la radiofonía argentina, Daniel Badenes, periodista, editor y docente de la Universidad Nacional de Quilmes, se sumó vía telefónica con el aire de #FuturaEnCasa nos compartió un interesantísimo relato sobre la prehistoria de la radio: “Una etapa que a mí me gusta llamar con el nombre que recibía en la época, que es el nombre de telegrafía sin hilos, lo primero que logra la tecnología de la radio, que no era lo que hoy llamamos radio, esto que estamos haciendo: pasar música, comentar noticias, dar debates, sostener conversaciones, sino comunicaciones que hoy asociaríamos más al teléfono, tenía el sentido de mandar mensajes como se mandaba a través del telégrafo pero sin cables”.
Badenes comenzó explicando que “la primera utilización que tuvo la radio fue exactamente el mismo uso que tenían los telégrafos en aquellos lugares donde no podía haber telégrafos, un barco no podía salir al mar desenrollando un hilo entonces se empezó a equiparlos con tecnología radiofónica, en 1899 se recibe la primera señal de socorro, eso hace que empiece a promoverse la instalación de radios en los barcos y hacia 1907 casi todas las líneas transatlánticas ya están equipadas con esta tecnología de radio, por eso es muy interesante ver la relación entre el Titanic y la historia de la radio”.
En una nota publicada en el New York Times el 21 de abril de 1912, a una semana del hundimiento del Titanic, dice que 745 víctimas humanas fueron salvadas de perecer por la radiotelefonía, a no ser por el casi mágico uso del aire, la tragedia habría quedado envuelta en el velo secreto que hace no tanto tiempo era el poder del mar. Para Badenes, es un momento clave de la historia de la radio aunque no se la recuerde precisamente por eso: “Se puede mirar el vaso medio lleno, esto que dice la nota, o también se puede mirar el vaso medio vacío que es el hecho de que la tecnología aún no estaba completamente instalada y una docena de barcos se enteraron pero el barco que estaba más cerca, el barco que estaba lo suficientemente cerca como para haber salvado a todos los pasajeros del Titanic no tenía contacto radiotelegráfico”.
“Eso hace que el caso Titanic signifique finalmente un fuertísimo impulso de desarrollo tecnológico porque se llama a desarrollar la radio y a instalar en todos los barcos, hay una gran reunión internacional de armadores que obliga a equiparse con esa tecnología, es un fuerte impulso para un desarrollo que después va a tener otro uso que es el de la recreación de masas, hoy cuando decimos radio no pensamos en la comunicación de barcos que están en altamar”, señaló a modo de conclusión.
Escuchá/descargá el informe completo: