Ana Cacopardo –periodista,documentalista y docente- habló de la temporada 2020 de Historias debidas, luego del estreno por Canal Encuentro. Los cuatro capítulos de este ciclo expresan de qué modo los feminismos interpelaron distintos territorios y distintos activismos.
Antes del estreno del ciclo 2020 de Historias debidas, Ana Cacopardo había conversado con Futura en casa y anticipado algunos contenidos. Los capítulos ya están disponibles online. Son 4 entrevistas donde se abordan las vidas y luchas de Mariana Dopazo, cuyo testimonio permitió el agrupamiento del colectivo Historias desobedientes, la referente del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) Deolinda Carrizo, la referente feminista aymara Adriana Guzmán y la cofundadora de Madres de Plaza de Mayo Nora Cortiñas.
Hoy no puede pensarse una lucha emancipadora, una lucha contra la opresión, sin la dimensión que ponen los feminismos
Me parece que en todos estos territorios, en estos caminos, en estos viajes que hemos hecho aparece siempre esta voluntad, o esta idea de enlazar las luchas feministas con otras luchas, es decir, pensarlas no aisladamente sino como parte de otras luchas. Yo creo que si algo ha hecho el feminismo, y en particular los feminismos latinoamericanos que son creativos, potentes, en particular en la Argentina.
Los feminismos introducen tensiones dentro del campo del activismo indígena
(…) Cuando decimos que los feminismos interpelaron todos los espacios y también interpelaron los activismos indígenas, bueno este es uno de los debates ¿no?, digo, Adriana Guzmán lo cuenta, en algún punto el nombrarse como feministas generó una tensión y quedaron muchas menos, porque nombrarse como feministas también implicaba pensar una noción que tiene un alcance de carecer estructural para pensar las opresiones, para pensar una mirada sobre el propio sistema capitalista, es decir, un posicionamiento no compartido por otras compañeras.
(…) Hay una discusión en este punto, es decir, si nombrarse como feministas tensiona una noción básica que es la noción de la comunidad, si produce una tensión en la comunidad, además de otro debate que es un debate ya de carácter digamos de-colonial, es decir, una noción que viene del Occidente y que entonces bueno...no es reconocida como una como un modo de nombrarse propio y entonces tampoco se abraza a los feminismos ni esa forma de nombrarse desde una perspectiva que busca descolonizar prácticas, modos de nombrar (…)
No hay manera de entender el racismo brutal que existe en Bolivia con una población mayoritariamente indígena sin ese colonialismo interno
Yo volví perpleja de Bolivia, perpleja, y no es que no iba preparada para eso, pero el racismo, los niveles además de un racismo que ha sido legitimado y potenciado por el golpe digo, que entres a un hospital que te suturen sin anestesia, que te digan “andá que te cure el Evo”, son prácticas de tortura, prácticamente prácticas de tortura, ya no únicamente de exclusión y de invisibilización, de crueldad, de vidas que no importan.
Una de las nuevas categorías que aparece en estos capítulos de Historias debidas es la de ser EX HIJE de un genocida que nombra a todo un colectivo que se identifican con esa otra identidad
Lo que trae Mariana Dopazo como ex hija del genocida Etchecolatz es muy potente desde dos perspectivas. Por un lado desde la memoria colectiva desde las memorias de la dictadura en Argentina donde nuevamente hay nuevos procesos, pensando siempre en la memoria como un proceso dinámico, nunca acabado, nunca terminado, yo digo inexplicables voces como la de Mariana Dopazo y la de Historias Desobedientes -el colectivo que integra otros hijos de genocidas que repudian a sus padres-, inexplicables sin la fuerza del movimiento de derechos humanos en la Argentina que ha tenido la capacidad de sembrar en todos los espacios, aún en el campo de los perpetradores.
¿Cómo se vincula el feminismo con el modo que elegís para plantear las entrevistas?
Mi identidad política está más moldeada por el movimiento histórico de derechos humanos y de alguna manera (…) luego abrazo los feminismos, empiezo a construir una reflexión, una práctica profesional, una manera de narrar, fue un camino, pero en ese camino a mi ¿sabés quienes me interpelaron más fuertemente? ¡las travas! Esos cuerpos desobedientes, fueron los que a mí me interpelaron en torno a las construcciones de género (…) Cada vez que trabajo en mis clases me gusta hablar de una triada para acercarse...yo digo para comprender, que es: situar, historizar, territorializar. Situar, historizar, territorializar si queremos entender. Vos para situarte te tenés que situar en un territorio, te tenés que situar en la trayectoria biográfica, te tenés que situar en un contexto.
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