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Rachid: “El matrimonio fue el puntapié inicial de un montón de leyes que reconocen derechos para la diversidad”

El 15 de julio de 2010 se sancionó la Ley de Matrimonio Igualitario en Argentina, la primera con estas características en América Latina y la segunda a nivel continental luego de Canadá. Radio Futura habló con María Rachid, referente de la Federación Argentina LGBT y una de las primeras en presentar un amparo que luego sería ley. 

La madrugada del 15 de julio de 2010 fue histórica en nuestro país. “Incertidumbre, tensiones, nervios, dudas, miedos: hubo mucho de todo eso esa noche porque el dictamen de matrimonio igualitario era el dictamen de minoría. El dictamen de mayoría, era un dictamen de unión civil, además tenías objeción de conciencia para los funcionarios que no quisieran unirnos por civil en donde sea, así que teníamos mucho miedo de no llegar con los números”, recordó María Rachid en el aire de Futura en Casa. Lo que nosotros reclamamos en ese momento era el derecho a la igualdad, al reconocimiento del Estado, al mensaje del Estado de igualdad para nuestra comunidad. Porque ése mensaje del Estado es una herramienta fundamental para trabajar contra la discriminación y la violencia en la vida cotidiana (...) sin igualdad jurídica es muy difícil trabajar, sin igualdad real. Eso fue lo más importante de la ley matrimonio igualitario”, agregó.

El camino 

Para llegar a esa noche, María Rachid y Claudia Castrosin tuvieron que presentar un amparo judicial en 2005 esperando que se repitiera lo sucedido en Sudáfrica ese año, que logró legalizar el matrimonio por esta vía. “Convocamos a muchos juristas, empezamos a redactar”, contó María y destacó que “en ese momento no había muchas parejas que pudieran ser tan visibles, era presentar un amparo para no casarse porque todos los fallos eran negativos, era presentar un amparo para hablar de la ley en realidad qué era lo más importante y eso implicaba un montón de exposición. Había parejas que estaban en pareja, pero por ahí había un tío, un abuelo, un empleador que no sabía que eran gays, lesbianas, bisexuales, trans. Tenían miedo de perder sus trabajos o de perder vínculos familiares”. Para 2007 presentaron lo que sería el primero de los cuatro amparos previos hasta obtener un dictamen favorable en la Corte. Esta exposición permitió que más personas se animaran a presentarse ante la Justicia hasta dar con 9 amparos que dieron lugar a matrimonios previos a la Ley. 

"Todavía nos queda un largo trecho de trabajo por la igualdad real"

Además de generar una campaña nacional con rostros visibles, la ley requirió de un apoyo político y una organización de las bases con la que hasta ese momento no se contaba. “Hubo un acompañamiento por parte de gobierno primero por Néstor Kirchner, después de Cristina Fernández, sin el que hubiera sido imposible sacarla por lo menos en los tiempos en los que se sacó. Quizás en 10 ó 20 años más probablemente hubiera habido matrimonio igualitario en Argentina, pero sin el apoyo del gobierno no lo hubiéramos sacado en el 2010”, señaló la referente de la Federación Argentina LGBT. En el marco de esta lucha, la Federación daba sus primeros pasos. “Sucede que al calor de los debates de estas audiencias se generaron organizaciones. Se organizó la comunidad LGBT en las provincias, hubo un montón de aliados y aliadas que se sumaron para trabajar para dar respuesta a esas audiencias y para fundar organizaciones que interpelaran a esos legisladores (...) la Federación paso muy rápidamente de ser una organización muy chica, de muy pocas organizaciones, a ser una organización de más de 150 organizaciones en todo el país", repasó.

Las luchas por venir

Si algo demostró la Ley de matrimonio igualitario fue, según Rachid, que “la gente no come vidrio y hay un montón de creencias de la Iglesia Católica que la sociedad no comparte. La sociedad está a favor del uso de preservativos para prevenir infecciones de transmisión sexual el uso de anticonceptivos para prevenir embarazos no deseados, las relaciones prematrimoniales, el poder divorciarse, el poder volverse a casar. Son todas decisiones que la sociedad toma más allá de la postura de la iglesia católica que sabemos que está en contra de todo esto. Así que del poder de la iglesia, el político quizás es mayor, quizás el social tiene sus límites y bueno, claramente esto se vio reflejado en la aprobación del matrimonio igualitario en Argentina”. “Mientras que ellos hablaban del final de la familia, de la especie, que se iba a acabar todo (...) Nosotres hablábamos del afecto, del cariño, del amor, del placer de la felicidad, de la igualdad y creo que la sociedad eligió eso. Eligió el lado de la igualdad y de la felicidad y del amor, y no el del odio que tenían estos sectores que se expresaban desde ahí”.

Además, destacó que esta ley fue el puntapié inicial de otras leyes que reconocen derechos para la diversidad. Por eso, Rachid reconoce que “hay varios escenarios; en lo legislativo todavía falta una nueva ley antidiscriminatoria, que incluya la identidad y que sea más eficaz (...), falta una ley integral trans que no solamente incluya el cupo en la administración pública”.

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