Miryam Gorban, reconocida nutricionista y coordinadora de la Cátedra de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Medicina de la UBA, propuso pensar cómo la intervención de esta empresa podría ser una oportunidad para replantear la producción de alimentos en el país.
Miryam Gorban es nutricionista, Doctora Honoris Causa por la Facultad de Medicina de la UBA y coordinadora de la Cátedra de Soberanía Alimentaria de la misma Facultad. En diálogo con Futura en casa, propuso comparar la soberanía alimentaria con una mesa de tres patas: la política, la económica y la justicia social. Señaló que abordar Vicentin desde este concepto involucra todo un universo: “Tenemos que tener una mirada general, política, que va desde la producción hasta el consumo de alimentos. A través de toda la trazabilidad que comprende el comercio, la distribución y el modelo productivo”. Y por eso, esta empresa es un caso modelo: “Se trata de recuperar el dinero, ellos han crecido sobre las espaldas del Estado. Les han dado un puerto, regalado tierras, créditos que nunca han pagado. Son muchos millones de dolares que pueden servir para fundar escuelas, para asistir en esta emergencia”.
Para Gorban, Vicentin es la punta del iceberg de la soberanía alimentaria. “No producen alimentos, producen commodities para exportar, para alimentar animales y automóviles”, explicó refiriéndose a los oligopolios y al monocultivo en Argentina. De prosperar la iniciativa estatal, explicó, “aprenderíamos el lenguaje de la exportación, y en manos del Estado veríamos de qué manera se forman los precios, adónde va el dinero y el dinero de las riquezas que nosotros producimos quedaría adentro y no afuera”.
Repensar el modelo productivo
Las grandes empresas eclipsan el trabajo de hormiga que hacen, día a día, otros miles de productores. “Hay que revalorizar al 30% de quienes abastecen nuestra canasta familiar, que son la agricultura familiar, pequeños campesinos y poblaciones originarias”, dijo Gorban. “Ellos son los que producen la lechuga, el pan, el queso, la leche. Para apuntar a la soberanía alimentaria, el primer paso a dar es el acceso a la tierra, a los créditos, el acceso a los conocimientos. Esos son el problema principal que tenemos en el país”, detalló.
Al momento de pensar la administración estratégica de una futura empresa pública, Gorban es contundente: “No puede estar manejada por un solo director. Tiene que estar integrada por las cooperativas, por lo pequeños productores, por los representantes de los 7000 trabajadores”. Y si se profundiza el análisis: “En cuanto a la producción primaria, que es lo que importa, ellos tienen grandes establecimientos donde procesan la harina, el aceite y carnes. Tres elementos básicos de nuestra mesa familiar. Hacemos la molienda de trigo, cebada y centeno (que es lo que forma parte de nuestro pan); en vez de procesar aceite de soja, procesamos aceite de girasol; y también tenemos los frigoríficos para las carnes”.
El debate sobre el modelo productivo nacional no es algo aislado. “En este momento Europa se está planteando el cambio de paradigma, le está metiendo el ojo al sistema productivo que los hace dependientes”, dice Gorban. Y la situación actual tampoco es casual: “El capitalismo es el responsable de esta pandemia, de las anteriores y de las que vendrán. Porque está atentando violentamente contra la naturaleza y, sobre todo, esta desequilibrando el ecosistema”.
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