A pocas semanas de conocerse la sentencia que puso tras las rejas a los genocidas que la intervinieron y saquearon, un repaso por el pasado y el presente de esta biblioteca que estuvo desde siempre al servicio del pueblo.
Natalia García, docente, investigadora y parte del colectivo que lleva adelante la Biblioteca Popular La Vigil, se enlazó vía telefónica con el aire de #FuturaEnCasa donde ofreció un meticuloso recorrido por la historia de la institución fundada en 1944 entre los barrios de Tablada y Villa Manuelita en Rosario: “Nació entre personas comunes pero tuvo una fuerza colectiva y una gran posibilidad financiera que le dieron sus famosas rifas, que se vendían en toda la Argentina, y que le permitió construir una organización popular, cultural, educativa, artística, inédita, por eso la dictadura puso el ojo en ella, desde principios de los 70 ya estaba prontuariada por los servicios de inteligencia por considerarla un espacio de adoctrinamiento”.
El destino de sus gestores cambió en febrero de 1977, cuando un grupo de agentes de las fuerzas de seguridad comandados por Agustín Feced se presentó para intervenirla: “Esa mañana del viernes 25 de febrero de 1977 comenzó una historia trágica que aún se recuerda y se conmemora y se vive, sobre todo para aquellos protagonistas que recibieron al mismísimo Feced, Feced fue un policía que cuenta con más de cientos delitos de lesa humanidad cometidos acá en la región, acompañado por sus personeros y siempre insistimos en contar que también llegaron civiles ese día, llegaron abogados, escribanos, contadores, personal civil de inteligencia que se hacía pasar como asesores pedagógicos y ahí comenzó un verdadero genocidio cultural”
A modo de conclusión, García agradeció a Radio Futura la posibilidad que se le de participar en la serie Un libro ocupa mucho espacio para contar la historia de la Vigil porque “nuestro país no se caracteriza por ser federal, eso es una realidad que hay que cambiar, una deuda enorme, no importan cuán grande y cuán sea la historia de la Vigil a veces no se logra entrar en algunos espacios que están muy centralizados, no es fácil llevar la historia de la Vigil fuera de Rosario, siempre digo que si hubiera sucedido esta historia en Buenos Aires, todos los argentinos y argentinas conocerían su pasado y su presente pero no es así entonces valoramos muchísimo cuando es diferenciada fuera de su comarca”.
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