Gustavo Zurbano, Damián Ramírez y Oscar Simiani, son parte de la mesa promotora regional del Sindicato Argentino de Músicos (SADEM). En dialogo con Cacodelphia, contaron cómo surgió la historia, cuáles son los principales reclamos, los mayores desafíos que tiene el músico en la actualidad y los beneficios de nuclearse en la organización.
A pesar de que el SADEM nació en 1945, Ramírez contó que la posibilidad de conformar un sindicato en la región de La Plata, Berisso, Ensenada y el partido de Punta Indio, surgió hace un año. “Entendemos que los músicos son trabajadores. Había una necesidad importante de concientizar a los compañeros. Son importantísimos como cualquier empleado”, agregó.
“El desafío principal es concientizar al músico que es un trabajador”, aseguró Zurbano y resaltó: “La música es una industria. Además de todo lo que significa para el músico y para el público, es una máquina de producir dinero, independientemente de las voluntades que tenga el músico. Los trabajadores de la música llegamos a aportar casi el 4% anual al PBI. Es un montón, independientemente de que el músico sea o no consciente”.
La principal idea en la que coinciden los integrantes de la mesa promocional es que más allá de las cualidades artísticas y estéticas, quien sube a un escenario, se sienta a grabar o, entre otras, propone una actividad respecto de la música y signifique una entrada de dinero para él/ella u otro, es un trabajador.
Otra parte fundamental para profundizar, ajustar y desarrollar mejores condiciones para el trabajador de la música es el rol que debe cumplir el Estado. En 2012, se aprobó la Ley de la Música. Uno de sus principales objetivos fue la creación del Instituto Nacional de la Música (INAMU), la promoción musical y el circuito de la música en vivo, entre otras. “Si bien el INAMU es un ente autárquito, necesita que el Estado lo asista, y lo viene haciendo muy mal”, opinó Zurbano.
Aunque la ley vigente es una conquista del movimiento de músicos, los integrantes de la mesa promocional coinciden en que todavía faltan algunos aspectos a mejorar. Zurbano explicó que “quedó pendiente la parte II de la ley que, casualmente, tenía que ver con las condiciones de trabajo. Cuando se provoca esta discusión…se acabó la discusión. Debemos seguir discutiendo el perfil laboral del músico”. En esa línea, Ramírez completó: “Falta una pata que es la del Estado, quien debe garantizar y supervisar que la actividad del músico esté manejada bajo las reglas que ya están impuestas. Ha desaparecido por completo. Entonces, es la ley del más fuerte entre el músico y los dueños de cada espacio”.
“Creo que si tuviera una visión de política cultural que nos contenga a todos, nos identifique y que a ellos les interese que esté adentro los músicos y las partes que pertenecen a la actividad musical sentados en una misma mesa discutiendo, estaría bien. Pero eso no le interesa al estado de hoy. Es más, cierra centro culturales y no los promociona”. Desde 2015, cerraron 19 centros culturales y la situación de algunos espacios que dependen de la gestión municipal y provincial es alarmante, como el Teatro del Lago y el Teatro Argentino.
Antes de finalizar, Ramírez describió el descuido y destrato al artista local en eventos a cargo de la municipalidad, como por ejemplo el aniversario de la ciudad: “Tenemos mucho potencial en la región. Sin embargo, no tienen horarios, les pagan lo que quieren, fuera totalmente de convenio”. También, comparó a La Plata, Berisso y Ensenada en el desarrollo de políticas culturales: “Si comparamos las tres ciudades, Berisso y La Plata están descuidando al músico. Ensenada, de hecho, tiene un programa cultural muy bien trabajado, incluso cumpliendo con las metas. Es un Estado que le importa el desarrollo cultural. En La Plata tenemos un abandono total de la cultura”, concluyó.
Escuchá/descargá la entrevista completa:
Cacodelphia, martes,miércoles y jueves, desde las 22 hs.