Este miércoles 26 de junio se cumplieron 23 meses de la desaparición de Johana Ramallo, la joven platense que fue vista por última vez en la zona de 1 y 63, en lo que se conoce como la zona roja de La Plata. Desde el primer momento, su familia y las organizaciones que la acompañaron sostuvieron que Johana no se fue por voluntad propia y que era víctima de una red de trata que opera en la ciudad.
Hace apenas un mes, su familia confirmó que los restos encontrados en Palo Blanco, en la localidad de Berisso, pertenecían a la joven de 26 años.
Ayer, familiares, amigos y distintas organizaciones de la región realizaron una nueva concentración en las puertas de Tribunales Federales de La Plata (calle 8 y 50) desde las 11 de la mañana para exigir justicia. “No nos vamos a acostumbrar a la impunidad: queremos justicia, queremos culpables” señalaron.
En declaraciones al móvil del Servicio Informativo Regional, Marta Ramallo, mamá de Johana, afirmó durante la actividad: “A mi me sacaron una hija y me la devolvieron despedazada. El poder judicial me engañó 22 meses, haciéndome creer que la estaban buscando, que estábamos cerca de una pista y de encontrarla con vida como veníamos reclamando”.
Marta apuntó también contra el poder judicial que no investigó como correspondía. “Johana no volvió porque no quiso, porque eligió que la desaparezcan, la descuarticen y la dejen en un baldío. Esa decisión la tomó el poder judicial cómplice y proxenta”.
“Desde el primer minuto declaré la zona desde donde desapareció Johana, a los diez días di informes de quiénes eran los proxenetas, quiénes regenteaban los cuerpos de nuestras pibas, cómo se movían, para qué zona iban. Y fueron sentados como testigos simplemente. Se cagaron en la vida de Johana y de todas nuestras pibas porque Joha no es ni la primera ni la última piba que va a aparecer así”, agregó.
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